Más de 30.000 personas en la Comunidad Valenciana se han visto forzadas por la situación económica a trabajar los fines de semana desde el inicio de la crisis, según se desprende del análisis de algunos de los datos que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA). La citada estadística señala que 223.300 ocupados de las provincias de Alicante, Valencia y Castellón trabajaban al menos dos domingos al mes en 2007; sin embargo, tres años después la cifra ha incrementado hasta las 253.500 personas. En términos relativos, esto implica que, al cierre del año pasado, un 13,1% de los empleados en la Comunidad tenían al menos la mitad de los domingos como jornada habitual de trabajo.

Estas cifras se recogen entre las variables de submuestra de la EPA, que ofrece datos complementarios a los habituales de esta encuesta. Elaborada desde 2005 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), incluye aspectos como el trabajo en fin de semana, a turnos y por la noche, entre otros. En el caso específico de quienes trabajan habitualmente en domingo, se observa un salto bastante significativo en toda España desde 2007. En tres años, el número de personas que no tienen libre ese día por norma se ha incrementado en casi 220.000. El aumento se ha repetido en la mayoría de las comunidades autónomas.

Esta situación parece estrechamente ligada a la situación económica y a la pérdida de un gran número de puestos de trabajo, especialmente en sectores como la industria y la construcción. De esta forma, actividades de servicios que deben ejercerse durante los fines de semana han podido convertirse en una salida laboral para muchas personas que, en otras circunstancias, hubieran desechado esas condiciones de empleo.

Una hipótesis avalada por otros datos de la misma submuestra de la EPA, como la creciente obligación a aceptar contratos temporales: en 2007, el 68% de quienes tenían una relación laboral de este tipo en la Comunidad afirmaban que no podían encontrar un trabajo de duración indefinida, mientras que en 2010 este porcentaje se había incrementado al 85%. De esta forma, sólo un 15% de los contratados de forma temporal escoge esta opción.

A esto se suma el hecho de que cada vez son más quienes que desearían trabajar más horas si les fuera posible. En la Comunidad Valenciana, esta cifra prácticamente se ha duplicado desde 2007: si entonces eran 69.300 las personas que hubieran deseado tener una jornada laboral más larga, ahora son 133.500 las que están dispuestas a hacerlo. También en este aspecto hay una escalada generalizada en toda España. Desde el Consell destacaban ayer que la provincia de Alicante ha registrado el mayor incremento de trabajadores fijos de España en el último año. Aludiendo a datos de la EPA del segundo trimestre de 2011, cifra en 20.500 los empleos estables creados en este periodo.

UGT alerta del fomento de la precariedad

El secretario general de UGT en Alicante, Óscar Llopis, vincula el trabajo de fin de semana a servicios como hostelería, vigilancia, transporte, limpieza y ocio, entre otros, que "por su naturaleza" tienen turnos específicos. No obstante, hace hincapié en que parte de estos empleos corresponden al sector público, como la sanidad, los servicios a la comunidad y el transporte de viajeros, donde no se han perdido tantos puestos como en el ámbito privado; ese mayor peso relativo contribuye, según Llopis, a incrementar el porcentaje de quienes trabajan en fin de semana en relación a la totalidad de ocupados.

Asimismo, acerca de la disposición a trabajar más, el dirigente sindical destaca que "la crisis hace que en muchas familias haya un solo miembro que tenga la posibilidad de trabajar", y eso influye en la demanda de más horas extras. Sin embargo, alerta de que, en 2010, según un informe de UGT, "un 46% de ellas no fueron pagadas". Además, cree que esto "fomenta la precariedad laboral", al recortar derechos y frenar la posibilidad de más contratos.