Vecinos del entorno del Portón, en el barrio de Santa Cruz, han denunciado que los jóvenes que practican el botellón en la zona los fines de semana están produciendo daños en las viviendas. El problema, aseguran, se añade a las molestias generadas por el ruido y a la suciedad que queda en el lugar.

El detonante de la queja ha sido los desperfectos ocasionados en el tejado de una casa de la calle San Antonio en la madrugada del sábado al domingo por parte de un grupo que se reunió allí para beber, según indicó a este diario un residente.

Al parecer, estos jóvenes lanzaron algún objeto contundente al tejado de la casa desde un punto situado a mayor altitud, como el entorno de la propia ermita de Santa Cruz. Por el impacto del lanzamiento -que pudo ser una piedra o una botella de vidrio-, varias tejas quedaron rotas. El incidente, aun no siendo demasiado grave, ha aumentado el malestar de los vecinos por los inconvenientes que supone la práctica del botellón en las inmediaciones.

Cada semana, la zona es frecuentada por decenas de jóvenes en las noches de jueves, viernes y sábado, que se reúnen para beber, aprovechando la proximidad a los locales de ocio del Casco Antiguo y que, al mismo tiempo, este lugar está un tanto apartado. Los desperdicios, en forma de botellas y vasos vacíos, entre otros, son la mañana siguiente la evidencia de lo ocurrido.

Algunos vecinos de la zona piden que se tomen medidas como la instalación de una puerta más alta en el recinto de la ermita, que impida acceder al interior en horario nocturno y que, además, no pueda saltarse fácilmente. Alegan que, de esta forma, resultaría más complicado que la zona fuera un lugar habitual para hacer botellón y, con ello, podría evitarse que proliferaran los actos vandálicos como los que ahora se han producido en la citada vivienda de la calle San Antonio.

Esta protección, recuerdan, ya existe en puntos como el final de la calle San Rafael. El entorno de la ermita de Santa Cruz está siendo objeto de una mejora en la accesibilidad para peatones y vehículos, que al mismo tiempo que implica una gran utilidad y mejora en la calidad de vida para los vecinos está haciendo que sea más fácil llegar para hacer botellón.