El colegio de farmacéuticos de Alicante ha pedido a la Conselleria de Sanidad que rectifique la aplicación que en la Comunidad Valenciana se está haciendo de la norma que entró en vigor el pasado 1 de noviembre y que establece que los profesionales sanitarios deberán consignar en la receta el nombre del principio activo del medicamento y no de la marca.

Y es que, según sostienen los farmacéuticos alicantinos, Sanidad está "incumpliendo esta norma, ya que se está permitiendo que los facultativos sigan prescribiendo fármacos a través de su nombre comercial" en detrimento de los medicamentos genéricos, señaló ayer el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Alicante, Jaime Carbonell. Los colegios profesionales de las tres provincias han encargado un dictamen jurídico "para demostrar a la Conselleria que lo que se está haciendo en esta autonomía está fuera de la ley" y pedir "que se cumpla lo que se está haciendo en el resto de comunidades autónomas, que sólo permiten recetar los fármacos a través de su principio activo". En la Comunidad Valenciana, sostienen los farmacéuticos, se da la opción de que el facultativo pueda hacer recetas con el nombre del principio activo o de la marca comercial. Pese a que los laboratorios han bajado los precios de sus medicamentos para equipararlos al del genérico, con lo que se está produciendo un importante ahorro económico, los farmacéuticos aseguran que esta situación está creando mucha confusión entre los boticarios.

La mitad por marca

Y es que, desde algunas farmacias de Alicante, cifran hasta en un 50% los casos en los que se siguen dispensando medicamentos de marca, bien porque no existe su genérico o porque el médico así lo ha indicado. Una de las farmacéuticas consultadas por este periódico mostraba esta semana su indignación "porque se está vulnerando una norma nacional y echando por tierra el trabajo de años".

Esta boticaria sostiene que "llevamos mucho tiempo concienciando a los pacientes de la importancia de consumir genéricos y cuando por fin entra en vigor una norma que obliga a dispensar este tipo de medicamentos, aquí se la saltan y vuelven a introducir las marcas, lo que crea una enorme confusión entre los pacientes". De continuar esta política, añade esta farmacéutica, "se puede llegar a hundir el mercado de los genéricos".

Por otro lado, los farmacéuticos también advierten de las estrategias que están llevando a cabo algunos laboratorios para no perder el enorme beneficio que aportan los medicamentos de marca. "Acaban de salir a la venta nuevos fár macos de marca que mezclan varios principios activos y que se comercializan a 40 euros, porque no existe un genérico. Sin embargo, comprando por separado los principios activos que contiene ese fármaco, el coste puede ser de 14 ó 15 euros. Sin embargo, los médicos prefieren prescribir el más caro por comodidad hacia los pacientes, que de esa forma sólo se tienen que preocupar de tomar una pastilla".

El Ministerio de Sanidad puso en marcha esta medida el pasado 1 de noviembre con el objetivo de ahorrar alrededor de 2.000 millones de euros anuales en la factura farmacéutica. Por su parte, los boticarios advierten de que esta nueva ley supondrá un nuevo recorte en sus ingresos que cifran en un 8%.

¿Quién se acuerda de los medicamentos en unidosis?

Se presentó como una medida que iba a permitir un importante ahorro en la factura farmacéutica, pero no ha quedado más que en un proyecto frustrado. El Ministerio de Sanidad aprobó en abril un real decreto por el que se permitía la venta de fármacos en unidosis. Muchas farmacias hicieron acopio de este tipo de medicamentos y ahora ven con frustración cómo las cajas se acumulan sin que les puedan dar salida. Y es que esta norma nunca ha llegado a ponerse en funcionamiento. Algunos boticarios lo atribuyen al enorme coste que supone envasar estos medicamentos. El Ministerio aplicó esta norma para los dos principios activos de uso más frecuente, el Ibuprofeno y el paracetamol. Sin embargo a los boticarios las cuentas no les encajan. "Cada unidosis de Ibuprofeno cuesta 17 céntimos, mientras que la caja de 40 unidades cuesta 1,97". Además, añaden, "es absurdo aplicar esta medida en unos fármacos que son baratos y que normalmente no llegan a caducar porque son de consumo frecuente"