El pasado martes, un hombre sufrió un infarto en plena Rambla y ayer mismo, otro viandante tuvo que ser atendido de un fallo cardiaco en Maisonnave, ambos casos en Alicante. Este tipo de episodios están a la orden del día. Por este motivo, los cardiólogos reunidos ayer en el Congreso Clínico Semfyc-Sec en Cardiovascular que se celebra en el Auditorio de la Diputación, reclaman que se instalen desfibriladores -aparatos que aplican descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardíaco- en la calle y en edificios públicos para tratar de atajar la muerte súbita por fallo cardiaco.

Y es que, según las estimaciones de los especialistas, estos dispositivos podrían reducir en un 20% los fallecimientos. "Los 10 primeros minutos tras sufrir el desvanecimiento son críticos, por lo que la única forma de atender a los pacientes en poco tiempo es si hay desfibriladores", señala Ramón Brugada, director del Centro de Genética Cardiovascular de la Universidad de Girona.

Además, apunta este especialista, "estos aparatos son más sencillos de utilizar que un móvil, por lo que no hacen falta cursos previos ni conocimientos específicos para su manejo". Brugada pide mayor concienciación a las autoridades sobre este tema, "porque nadie cuestiona, por ejemplo, que haya extintores en edificios públicos y actualmente tampoco hay tantos incendios en estos inmuebles, al contrario que infartos".

En el congreso de ayer también se alertó de que sólo el 20% de los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio tiene controlados todos los factores de riesgo. Así lo puso de manifiesto Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología y responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital de Sant Joan.

Tabaquismo, hipertensión, colesterol y diabetes son los principales factores a tener en cuenta para prevenir un infarto de miocardio o una recaída en quienes ya han sufrido esta enfermedad. "De esta manera de evitarían ingresos hospitalarios y se reduciría el gasto sanitario". Para ello, el doctor Bertomeu apuesta por potenciar una mayor coordinación entre los médicos. "Hay que romper el mito de cuál es tu paciente y cuál es el mío. El enfermo no es de nadie. Somos los médicos quienes nos debemos de coordinar para que le atienda el especialista más indicado en un momento determinado".

En el congreso que se celebra entre ayer y hoy en Alicante se van a abordar temas de tanta actualidad como el de la muerte súbita, "una patología que provoca 40.000 fallecimientos al año en España", según señaló ayer Ramón Brugada. El cardiólogo catalán asegura que la genética está siendo la mejor aliada para el diagnóstico y tratamiento preventivo de estos casos, "por lo que en un futuro podremos determinar qué pacientes están en riesgo de sufrir muerte súbita". De momento "se han descubierto cien genes asociados a esta patología".

En este sentido, para reducir el número de muertes, Brugada apela a la concienciación de aquellas personas a las que se le ha muerto un familiar en estas circunstancias, "para que piensen que detrás puede haber una causa genética y acudan a realizarse un estudio. Este facultativo también pide que los certificados médicos para federar a un menor en cualquier deporte "dejen de ser un mero trámite burocrático para convertirse en un trámite médico que incluya la realización de un electrocardiograma para detectar posibles patologías".