El informe de la Sindicatura de Cuentas certifica el colapso financiera de la Generalitat con unas cuentas ahogadas por el déficit, las deudas, la caída de ingresos, un modelo de financiación -apuntó el Síndic Major de Comptes, Rafael Vicente Queralt, durante la presentación de la memoria anual correspondiente a la gestión del año 2010- que deja a la Comunidad a la cola del reparto y la falta de liquidez, que limitan la gestión diaria de la Generalitat, pidiendo a gritos un rescate del nuevo gobierno de Mariano Rajoy para salir del atolladero. Con centenares de empresas en la lista de impagados, la cifra que mejor ejemplifica la crítica situación de las arcas autonómicas es la del fondo de maniobra, un indicador que mide el grado de liquidez y que arroja números rojos por importe de 8.801 millones de euros, novecientos más en apenas doce meses. Es decir, frente a los 10.889 millones de deudas a corto plazo que tenía el Consell en la fecha de elaboración del informe, tan sólo contaba en sus cuentas con 2.081 para abordar esos pagos.

Ningún indicador de la memoria anual que elabora la Sindicatura de Cuentas invita al optimismo. Al contrario. De hecho, en el caso de que la Generalitat fuera una empresa, estaría en situación de quiebra técnica. Por vez primera, los fondos propios son negativos en 1.913 millones, cantidad que los socialistas elevaron a casi 4.000. Eso significa que, sumando el patrimonio y el líquido disponible, la administración autonómica no podría ni siquiera saldar el pago de todas sus deudas. Más allá de eso, los datos son demoledores.

La tendencia de los ingresos, que llegó a ser positiva todavía en 2009, ya es negativa y cayó un 10,3%. La deuda financiera se elevó hasta los 12.577 millones, con un aumento de más de 3.200 millones en apenas doce meses. A ello se suma, además, unos intereses que le cuestan a la Generalitat, cerca de un millón de euros al día y avales concedidos a empresas públicas por importe de casi 6.000 millones. La hipoteca de pagos que tendrán que afrontar futuros gobiernos, pese al cambio de la contabilidad que reduce los números del año pasado, rebasa los 26.000 millones, cantidad que el Síndic incrementa en otros 2.000. En total, casi cinco billones de las antiguas pesetas. El resultado presupuestario del ejercicio, finalmente, registró números rojos por importe de más de 2.850 millones. El Síndic Major de Comptes, achacó la situación, entre otras cosas, a un deficiente modelo de financiación que relega a la Comunidad: como se aprecia en el cuadro, es la segunda que menos recibe.

Fabra intenta contener el gasto

El Consell desarrollará una nueva unidad, la viceintervención general de Control Financiero, encargada de vigilar desviaciones o insuficiencias presupuestarias. Así lo anunció la portavoz del Gobierno, Lola Johnson, que explicó que la unidad permitirá realizar controles financieros sobre áreas específicas de la actividad de los órganos de la administración de la Generalitat, así como sobre las entidades, empresas y fundaciones que dependan del Consell. Estos controles, teóricamente, ya deberían realizarse, y Lola Johnson manifestó a este respecto que "la unidad no se crea porque no se esté controlando lo suficiente, sino para detectar nuevas fórmulas que nos permitan un mejor control del gasto dentro de la administración valenciana". efe