Ampliar un año el Bachillerato y eliminar, a cambio, el cuarto curso de Secundaria, es considerado como un "parche" más en nuestro maltrecho sistema educativo si la medida no va acompañada de reformas desde la primeras etapas de la enseñanza.

Padres y profesores de la provincia se pronunciaron ayer en desacuerdo con las primeras medidas anunciadas por el ministro de Educación, Ignacio Wert, por considerarlas "poco acertadas" e incluso "un paso atrás" con respecto a logros que se estiman consolidados hacia la igualdad de oportunidades en la enseñanza para la totalidad del alumnado.

En general, adelantar a los 15 años la decisión de optar por seguir estudiando el Bachillerato o bien inclinarse por la Formación Profesional no convence a nadie. Los representantes de los padres se inclinan por seguir con la tónica actual de decidirlo a los 16, porque así también lo hacen en otros países europeos, como precisa Ramón López, presidente de la federación de padres "Gabriel Miró". También Gonzalo Anaya, secretario de la Fapa "Enric Valor" ve "irrelevante" este cambio si no se hace un esfuerzo en la etapas anteriores. "El fracaso del sistema se detecta en tercero de Secundaria que acometer medidas en los primeros cursos de Primaria", coincide en señalar López.

El profesorado, sin que sirva de precedente, se muestra básicamente de acuerdo con la postura de los padres aunque se pronuncia en un tono más ácido. "Es el timo del tocomocho con la única intención de reducir costes. Esto provocará una bolsa de alumnos que no acabará la Secundaria pero que obligatoriamente deberán optar por la FP o el Bachillerato. Mucho me temo que volvamos a la antigua FP1 para los que no quieran estudiar", lamenta Francisco García, delegado en l'Alacantí por CC OO.

Ignasi Amorós añade su desconfianza al entender que "lo único que hará será disfrazar las cifras de abandono escolar" al tiempo que duda de que los resultados de la nueva FP "sigan los pasos de la alemana. Está por ver cuando lo s chicos llegarán sin una opinión formada", concreta este delegado del STEPV.

A Silvia Pardo, de FETE-UGT, le parece una medida "innecesaria" porque, a su juicio, ya se había logrado resolver la elección de estudios a los 16 años. "El Bachillerato necesita cambios pero estos no nos parecen los correctos porque articular solo tres cursos de Secundaria no mejora las cosas". También a Laureano Bárcena, responsable de ANPE el parece insuficiente el cambio del cuarto de ESO por otro año de Bachillerato. "Debería enmarcarse en la reforma del modelo pedagógico que reconozca el esfuerzo, de más peso a las materias instrumentales y acompañe a los que tengan más dificultades en las edades tempranas.

Los profesores, en general, echan en cara al ministro que no cuente con ellos para adoptar decisiones en la enseñanza y advierten además, al igual que los padres, del peligro de que se pretenda concertar todo el Bachillerato y la FP si el primer curso se hace obligatorio.

Una cortina de humo

Que las primeras decisiones del nuevo ministro apunten a extremos parciales como los señalados, e incluyan el cambio de nombre de Educación para la Ciudadanía (EpC) por Educación Cívica y Constitucional, tampoco es bien visto por la comunidad educativa, cuyos representantes aprecian que el ansiado pacto de estado por la Educación se vuelve a evaporar una vez más.

"Focalizar las medidas en una asignatura nos aleja de la intención de mejorar el sistema educativo en lo que de verdad importa", destaca López, por los padres. Gonzalo Anaya, a su vez, no advierte adoctrinamiento alguno en la actual materia, frente a las declaraciones de Wert en este sentido. De igual forma se pronuncia el profesorado, sumamente molesto porque se les haya atribuido la enseñanza de valores doctrinales. "Es una falacia, nadie ha adoctrinado porque el contenido de los libros no va en ese sentido".