­Los agricultores de las comarcas del Vinalopó recibieron ayer los primeros caudales del Júcar-Vinalopó, agua que llevaba dos años embalsada en Villena, los mismos que han pasado desde que se terminó una infraestructura que los regantes han rechazado sistemáticamente desde que en 2005 el entonces Ministerio de Medio Ambiente, dirigido por la ministra socialista Cristina Narbona, cambiara la toma de Cortes de Pallás al Azud de la Marquesa (Cullera), en la desembocadura del río Júcar, donde, según ha venido denunciando la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó, el agua no tiene calidad.

De hecho, los 5 hm3 que ayer comenzaron a distribuirse por seis municipios, sólo sirven para regar la uva de mesa. No es apta para uso doméstico, fin para el que se proyectó el trasvase. Andrés Martínez, firme detractor de las aguas del Azud de la Marquesa desde 2005, justificó ayer el acuerdo con la Confederación del Júcar por la situación de sequía que atraviesa la comarca y la presión de unos agricultores que «están al límite». Martínez avanzó que «esto no se acaba aquí porque la Junta seguirá reclamando la toma de Cortes de Pallás, pero hemos considerado un gesto de responsabilidad acceder a vaciar San Diego». Un embalse, el de Villena, que por las filtraciones ha perdido en dos años 10.000 millones de litros de agua al día, lo que ha costado a la Confederación del Júcar 1,4 millones de euros. Los regantes pagarán por los 5 hm3 que se van a repartir 0,19 euros/m3.

Once y cinco de la mañana del 20 de septiembre de 2012. Embalse del Rollo (Aspe). La fecha y el lugar entraron ayer en la historia de las comarcas del Vinalopó, las más castigadas de la provincia por la sequía al carecer hasta ahora de infraestructura para recibir agua, al acoger la llegada de los primeros caudales del río Júcar. Francisco Zapata y Modesto Díaz, técnicos de la Conselleria de Agricultura y Vicente Richarte y David Bricio, por la Junta Central de Usuarios, ponían en marcha el trasvase Júcar-Vinalopó, casi 600 años después de que Elche en 1420 hiciera la primera petición de las agua del río valenciano que nace en Castilla-La Mancha.

Veinte mil agricultores de las comunidades de regantes de Agost, Aspe, Monforte del Cid, Elche, Monóvar y La Romana, recibirán hasta diciembre un caudal de 5 hm3 desde la presa reguladora de San Diego (Villena), que ayer entraban a razón de 270 litros por segundo en el embalse aspense del Rollo. Envío para satisfacción los miles de agricultores que esperaban el momento, algunos con 82 años ya a cuestas, y cuarenta de paciencia, hasta que ayer vieron fluir un caudal que salvará, en principio, las producción de uva de mesa, al borde de la extenuación por la sequía que sacude la provincia los últimos dos años.

Fue un día de fiesta para los agricultores y, entre otros, para Andrés Martínez, presidente de la Junta Central, que avanzó, no obstante, que «esto no se queda aquí. Nuestra reivindicación es un trasvase con toma en Cortes de Pallás y en ello vamos a seguir trabajando, pero la situación actual de extrema sequía nos obligaba a actuar con responsabilidad». Martínez trasladó esta valoraciones tras participar junto al veterano presidente de los regantes de Novelda, Luis Alted y el alcalde de Aspe, Manuel Díez, en un acto simbólico mojándose los pies en el canal por donde comenzó a entrar el agua en el embalse del Rollo. De ahí los caudales seguirán por las infraestructuras del postrasvase al de José Ramón García Antón, antes de llegar a la comunidad de regantes de San Enrique (Elche).

Los que ni se cercaron para vivir el momento fueron el presidente Alberto Fabra, de inauguración del curso en la Miguel Hernández de Elche y la consellera Maritina Hernández, en Novelda en un acto para promocionar, precisamente, la uva que salvarán los caudales del Júcar. El Consell, beligerante con el anterior Gobierno, por la calidad del agua, ha optado esta vez por agachar la cabeza y no molestar al ministro de Agricultura, Arias Cañete.

Fue precisamente en Elche, donde ayer estuvo Fabra, un 27 de mayo de 1420, cuando el concejo municipal ilicitano solicitó por primera vez caudales del Júcar para luchar contra la sequía. Casi seiscientos años después ayer llegaron los primeros 5 hm3. Una mínima parte de los 80 hm3 que deben llegar de Valencia todos los años a la provincia y para todos los usos pues el trasvase debe atender también las necesidades de la comarca de l´Alacantí y también a Benidorm. Ayer, los propios agricultores apuntaron que la entrada de los abastecimientos (ayuntamientos) en el reparto del agua es la única posibilidad para que el trasvase sea viable. De momento, la Junta Central de Usuarios ha firmado un convenio con la Conselleria de Agricultura y la sociedad estatal Acuamed aceptando otros 12 hm3 una vez esté reparado el embalse de San Diego, y si el caudal es apto para el regadío de todos los cultivos. El debate sobre el uso para consumo urbano se aplaza así hasta 2014, aunque la Junta Central asegura que durante ese periodo trabajará para lograr la toma de Cortes de Pallás.

Empresa difícil. Consell y Ministerio de Agricultura siguen la estela del anterior Gobierno y no lo tienen nada claro.