Con Rafael Blasco ya fuera de la circulación, el jefe del Consell, Alberto Fabra, tiene prácticamente decidido aprovechar la salida del veterano diputado del PP para "limpiar" de imputados la dirección del grupo en las Cortes. Acometerá una amplia remodelación que, quizá, se podría acabar de perfilar en la reunión que la cúpula popular podría celebrar mañana mismo. No está decidido. Fabra quería hablar ayer con Rajoy. Rafael Maluenda seguirá actuando como síndic interino durante el pleno que arranca hoy en el hemiciclo autonómico pero, a partir de ese momento, el presidente de la Generalitat empezará a cuadrar su propio "puzzle" en las Cortes -tiene margen toda vez que la semana que viene no hay apenas actividad- en el que, apuntaron fuentes del PP, no caben imputados. Desde Génova, precisamente, María Dolores de Cospedal y Carlos Floriano mantienen una fuerte presión sobre Fabra para que aplique "mano dura" e intente revitalizar tanto el grupo parlamentario como en el Consell.

Pero, inicialmente, esos cambios llegarán antes a las Cortes. Está por ver aún cuándo se trasladan al Ejecutivo. Las declaraciones de Fabra ayer en Madrid en las que proclamó que "un imputado no debe tener protagonismo en un partido" refuerzan la tesis de que el presidente optará por marcar una nueva etapa en la dirección del grupo sin imputados. Además, esta situación, heredada de Camps, le rompe el discurso de tolerancia cero contra la corrupción por la doble vara de medir. Ahora mismo, en la dirección del grupo figuran Ricardo Costa, David Serra y Vicente Rambla. Además, la exconsellera Angélica Such es la secretaria primera de la Mesa de las Cortes, un puesto de relevancia.

La opción de Serafín Castellano sigue siendo la que más agrada a Fabra para sustituir como síndic a Blasco, que el próximo 9 d'Octubre tiene que acudir a Madrid en representación de las Cortes para defender una reforma de la ley de financiación. Castellano, sin embargo, el número dos del PP de la Comunidad se opone a esa alternativa. No quiere dejar el Consell. En la recámara están los nombres de Antonio Clemente, Jorge Bellver y la exconsellera Alicia de Miguel.

La dimisión del portavoz del PP en las Cortes Valencianas se le atragantó ayer a Alberto Fabra en pleno encuentro de presidentes autonómicos. Insistiendo en que la cuestión de mantener o, por contra, abandonar el escaño se trata de una "decisión personal" del propio Blasco, Fabra sí advirtió de que, de acuerdo a lo que ambos ya habían hablado, "él era consciente de que en el momento en que se produjera una imputación dejaría la portavocía". "Hoy ya no ejercerá", subrayó el titular del Consell en Madrid.

Fabra fue más allá e insistió en que "las personas sometidas a procesos judiciales no van a tener responsabilidades políticas". El máximo mandatario autonómico esquivó el ir más allá ante las presiones de los medios de comunicación respecto a otros procesos judiciales en curso, como los que salpican a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y a su predecesor en el cargo, Luis Díaz Alperi, por la operación Brugal.

La mujer de Blasco se queda sin apoyos para seguir al frente del IVAM

El incierto futuro político de Rafael Blasco deja sin duda en una situación complicada a su mujer, Consuelo Ciscar, que desde los tiempos en que Blasco comenzó a asesorar a Zaplana se convirtió en el "Pepito Grillo" cultural del futuro presidente de la Generalitat. No sólo fue partícipe del programa electoral en materia cultural con el que el PP se presentaba a las elecciones de 1995, siendo ella entonces funcionaria de la Generalitat con el PSOE, sino que además ocupó diversos cargos de responsabilidad política hasta la llegada a la dirección del IVAM hace ya ocho años.redacciÓN