Truco, trato y unos huesitos de santo para endulzar el día de los difuntos. Anoche se sucedieron las fiestas de Halloween por toda la provincia y hoy, bien en el desayuno, el postre o la merienda, rara será la mesa en la que no aparezcan los huesitos de santo, los buñuelos de viento o los "panellets". La crisis aprieta y de lo lindo pero, como apuntaba ayer Fidel Rico, desde su pastelería de Ibi, no ahoga, al menos "para que hoy nos rasquemos el bolsillo y llevemos a casa estos dulces que, por otro lado, comienza a enviar señales de que la Navidad no está muy lejos. Raúl Asencio, presidente del Gremio Provincial de Pasteleros Artesanos, calculó ayer que estos días se preparan en la provincia 35.000 kilos de huesitos de santo y 15.000 de "panellets". Las ventas están estabilizadas, según los pasteleros.

Y como "Halloween" pisa con fuerza, algunos panaderos y pasteleros han aumentado su oferta más dulce estos días con bollería tematizada que ayer, a media tarde, había volado, como ocurrió en una panadería del barrio alicantino de San Blas.

Los huesitos de santo tienen una forma alargada y cilíndrica con un textura similar a la del mazapán por lo que son blandos y ligeros. Se trata de un dulce que se viene fabricando desde hace siglos el día de Todos los Santos y aunque en Alicante no era una tradición centenaria, su consumo ha crecido mucho en los últimos años. Tampoco hay una referencia exacta del por qué se comen en noviembre, aunque pudiera ser por coincidencia con el final de la recolección de la almendra.

La elaboración de estos dulces se remonta al siglo XVII en Madrid, aunque el empleo de mazapán es de la época andalusí. Los más típicos se elaboran en Castilla y León, pero están muy extendidos por toda España.