El público quería ratas y hubo ratas. Hacia las 17.00 horas se iniciaron ayer las cucañas de las fiestas de Sant Pere de El Puig (Valencia), conocidas como la "Trencà dels perols". Los quintos comenzaron a romper los tradicionales peroles, colgados en una cuerda de una parte a otra de la Plaza de la Constitución con un bastón. Dentro había confetti y golosinas. Pero entre los cerca de 300 vecinos congregados en la Plaza de la Constitución inmediatamente se empezaron a oír voces pidiendo "¡Ratas, ratas!". Y de pronto, en apenas unos segundos, de entre algunas personas que asistían a la fiesta surgieron los rodeores, muertos.

En seguida mayores, adultos, niños... los cogían con las manos y se los lanzaban unos a otros. Los animales, de unos 20 centímetros, volaban de una parte de la plaza a la otra. La gente se divertía. A algunas personas les repelían los roedores así que cuando les caían cerca se retiraban espantadas. Pero eso sí, todos los presentes participaban y reían de la fiesta. Nadie hizo un ademán de impedir que se celebrase esta supuesta tradición, pese a la prohibición de que haya ratas en la fiesta. Ni nadie se marchó de la plaza hasta que terminó el acto. Los cadáveres de roedores se estrellaban contra el pavimento y las paredes.

Los agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil que se veían por el pueblo en la tarde de ayer se quedaron en la explanada contigua al monasterio de El Puig, donde estaba instalada una feria de atracciones. Sin embargo, no se vio a ninguno en la "Trencà dels perols" ni en el lanzamiento de rodeores.

Lo cierto es que no hubo incidentes de ningún tipo, salvo que varios vecinos se lo pasaron en grande tirando las ratas a dos periodistas que seguían el acto desde el edificio donde se encuentra una sucursal bancaria. También un cámara de televisión fue víctima de algunas bromas pesadas con otro animal como protagonista.

El Ayuntamiento de El Puig y los Clavarios de Sant Pere hicieron público un comunicado esta semana en el que afirmaban que no habría ratas ni otros animales en la "Trencà dels perols". Efectivamente, dentro de los recipientes había golosinas y pequeños juguetes. Tampoco los quintos, que permanecieron en el centro de la plaza durante todas las cucañas, sacaron rodeores. Eso sí, varios de ellos participaron de esta siniestra batalla, recogiendo del suelo el animal muerto y lanzándolo por sorpresa. Una de las ratas quedó alojada en un frondoso árbol de la plaza. Otras dos fueron a parar a balcones de viviendas, e incluso desde una de ellas se sacó otro roedor que en seguida surcó los aires.

El alcalde subraya que no había animales "en las cucañas"

José Miguel Tolosa, alcalde de El Puig, señaló que no vio la "Trencà dels perols" ni la siniestra batalla con roedores muertos porque estaba en casa, "en una comida familiar". Sin embargo, subrayó que "esta mañana [por ayer] los clavarios me han confirmado que no iba a haber ratas ni otros animales dentro de los peroles". "Y hace unos minutos -añadió- me han ratificado que ha sido así". Sobre si el público las había tirado, afirmó no tener más información y no quiso pronunciarse. Por otra parte, los Clavarios de Sant Pere de El Puig, junto al consistorio, se han esforzado por darles más brillantez a las fiestas si cabe. De hecho, como informa la web municipal, "los festeros han ampliado las raciones este año para colaborar con Cáritas El Puig". Tanto que en las calderas de "fesols i naps", se había previsto repartir "raciones para más de 20.000 personas".