Los grafiteros tienden a escribir a la altura de su barbilla. Algo aparentemente tan simple, permite conocer la altura aproximada del autor de una pintada, lo que puede resultar fundamental para su identificación. Este es uno de los ejemplos presentados ayer en el curso de grafística aplicada a la determinación de la autoría de los grafitis que se celebra hasta hoy en la sede de la Policía Local de Alicante destinado a peritos y agentes de policía de toda España. En el curso, se ha presentado un programa informático pionero creado por el Ayuntamiento para el reconocimiento de los autores de grafitis vandálicos que incluye una base de datos con imágenes de pintadas con la identificación de sus autores para su conocimiento por parte de los cuerpos de seguridad de toda España, ya que es habitual que, cuando un grafitero es localizado, se traslade a otras zonas del país.

En el curso que se inició el viernes y finaliza hoy con ejemplos prácticos para los asistentes, se ha puesto de manifiesto la labor realizada por la Policía Local, que ha conseguido reducir notablemente el número de grafitis en Alicante gracias a la identificación de sus autores a través del "tag", como se denomina la firma de cada autor. Sobre esta cuestión habló ayer Francisco José Tortosa, licenciado en criminología, máster de grafoanálisis europeo y oficial de la Policía Local de Alicante, quien, en una ponencia sobre Grafística y Grafodinámica, demostró que un grafiti es tan efectivo para localizar a su autor como una huella digital, ya que los grafiteros suelen repetir sus grafismos con gran similitud y hay rasgos individuales que caracterizan la escritura de cada autor.

Tortosa habló ayer ante los agentes y peritos presentes en el curso, sobre las diferencias que se pueden apreciar en una pintada en función del tipo de aerosol, la boquilla que se utilice y su presión, evidenciando que, en función de los materiales utilizados, se obtienen distintos resultados. Sin embargo, los expertos pueden determinar ante un grafiti diferentes factores al margen de estos materiales, como es la pericia del autor, su altura, su complexión, su postura corporal y su técnica y características, que se repiten en cada una de las pintadas que realice un mismo individuo, un automatismo que, tal como puso ayer de manifiesto el técnico, facilita su identificación.

La psicología de la escritura, los diferentes útiles y soportes de escritura, la observación de campo, y la fotografía aplicada, fueron otras de las cuestiones abordadas ayer por los expertos en las jornadas que se clausurarán hoy al mediodía.

La iniciativa pionera del Ayuntamiento de Alicante en esta materia, ha posibilitado la identificación en la ciudad en los últimos cuatro años de 183 grafiteros por parte de la Policía Local. El grafiti vandálico se ha convertido en un grave problema tanto para las administraciones públicas como para los particulares que lo sufren en su propiedad. Así, por ejemplo, y tal como se ha puesto de manifiesto en las jornadas, las pintadas han supuesto un gasto de 9 millones de euros a Renfe. La grafística es un arma que ha demostrado su eficacia en la identificación de los autores de las pintadas y que tiene la misma validez tanto si el soporte es una puerta, como si se trata de una pared o un vagón de tren.