¿Flotan más los huevos blancos o los morenos?; ¿Qué parte del huevo debe evitar una persona con colesterol? La comprensión tanto oral como escrita en valenciano se pusieron ayer a prueba para los más de 10.000 alumnos de segundo de Secundaria de los más de 160 institutos públicos y colegios privados y concertados de la provincia, a través de los exámenes que lleva a cabo anualmente la Conselleria de Educación para medir el nivel de éxito escolar de cada centro.

"La parte del huevo la habíamos repasado porque da la casualidad de que salió el año pasado y estuvimos haciendo ejemplos de las pruebas con el profesor". Lara, Laura y María Isabel salían contentas del examen de valenciano, pero el de Matemáticas se les atragantó en general. La propia jefa de departamento de la especialidad, Gema Foronda, admitía que "la primera pregunta quizá tenía demasiado texto y una tabla calórica larguísima y complicada. Aunque no necesitaban la tabla completa, de entrada no era fácil saberlo".

El caso es que con los resultados de estas pruebas diagnósticas la conselleria asignará un puesto a cada centro con respecto al conjunto de institutos de la Comunidad, lo que levanta ampollas entre los que escolarizan a estudiantes procedentes de ambientes sociales deprimidos: "Estos alumnos hacen más esfuerzo y su mejoría cada año es mucho mayor que la del resto y, sin embargo, los puestos que se obtienen en el cómputo global nos sitúan al final. No es justo", se lamentaban.

De rebajas

No obstante el profesorado valoró especialmente que las preguntas para los chicos se abordaran a partir de casos prácticos que les ponen en situación más fácilmente. Las rebajas, el coste del cine o las comidas y desayunos más saludables a partir del cómputo de calorías e hidratos de carbono sirvieron de ejemplos para desarrollar todo lo que un estudiante de segundo de Secundaria debe dominar: el álgebra, la geometría, la estadística básica, los tantos por ciento y las fracciones.

"Sabiendo que disponían de 50 minutos se les ha recomendado que empezaran por lo que les resultara lo más fácil", precisó la responsable de Matemáticas en el Instituto Bahía de Babel. Laura siguió estas directrices y se dejó la farragosa tabla calórica para el final: "Eran muchos alimentos y te preguntaban por ejemplo la cantidad de calorías que tenía el desayuno combinando 100 gramos de un alimento y de otro, o cuántos necesitabas para reunir equis calorías. Hacían falta muchos cálculos", explicaba.

Mucho más entretenido les pareció irse de rebajas con la prueba que situaba a tres amigas a 18 kilómetros de un centro comercial y con la intención de comprarse cada una un pantalón, una falda y una camiseta con descuentos del 15% y el 20% y ofertas de 2 por 1 y de 3 por 2.

Accidente

La competencia oral y escrita en valenciano se pusieron a prueba con un texto literario y una poesía. "El diario de Neus" les enfrentó con joven pareja de novios que se ve en las disyuntiva de decidir sobre su futuro a raiz del grave accidente sufrido por el chico, del que resulta parapléjico. "Se me ha dado bien -comentaba María Isabel-. Entre las opciones a elegir estaban la de si seguían, se separaban o él le obligaba a ella a quedarse porque la necesitaba...".

La poesía les situó ante otra circunstancia crítica: una niña huérfana que vive en la calle explotada laboralmente. La profesora Rosa Valls destacó que estas pruebas miden competencias más que conocimientos "porque en internet todos los textos tienen imágenes y hay que sumarlos, dificultad añadida para los estudiantes. El currículo exige aplicar las competencias usando la lengua, que en este caso es el valenciano". Aunque se lamenta de que en el área de Alicante no existe el respaldo social al valenciano que hay en otras zonas más al norte de la provincia, por lo que los alumnos parten de un peor nivel de vocabulario de entrada.

Por cierto, que los huevos flotan menos cuanto más frescos son, con independencia de cuál sea su color.