El corredor Alicante-Madrid ha sido tradicionalmente uno de los que más viajeros ha generado de toda la red ferroviaria y, en consecuencia, se ha caracterizado por una alta frecuencia de trenes. Hasta ahora, todos los días ha venido circulando entre ambas ciudades un tren cada dos horas aproximadamente, desde primera hora de la mañana hasta las ocho de la tarde. Así desde hace prácticamente 20 años.

Las comunicaciones ferroviarias de la provincia habían experimentado una enorme mejora con la electrificación de la vía entre La Encina y Alicante, puesta en servicio en la primavera de 1987. La oferta de trenes con Madrid fue extendiéndose a lo largo del día, al tiempo que las conexiones nocturnas iban desapareciendo. Todavía en 1992 era posible viajar en tren de noche entre Alicante y Madrid, pero poco después este tren fue suprimido y sustituido por más enlaces diurnos.

El horario correspondiente al verano de 1996 muestra cómo la oferta era ya entonces prácticamente igual a la vigente hasta hoy mismo: siete trenes diarios entre Alicante y Madrid, de los cuales dos continuaban hasta Gijón y Santander, más la conexión semanal a Galicia. Además, había otro tren semanal al País Vasco, que se eliminaría en 2006. Hace 17 años, los trenes invertían aproximadamente 3 horas y 45 minutos entre la capital provincial y la estación madrileña de Atocha. Todos ya paraban entonces en Villena y Elda, además de en Albacete.

Durante años, el servicio estuvo cubierto por trenes Talgo de la serie III, con un característico color rojo. Algunos de ellos incorporaban un remolque para el servicio de autoexpreso-transporte de vehículos-, como consta en el horario del verano de 1998. Esta posibilidad, ahora inexistente, se mantuvo incluso después de 2001, cuando se sustituyó el material rodante y se incorporaron los trenes Altaria, compuestos por las unidades de Talgo más modernas existentes hasta entonces. Los veteranos Talgo III seguirían circulando, no obstante, en la relación semanal con el País Vasco hasta la supresión de esta ruta.

La llegada de los Alvia

La primera década del siglo XXI, además de la modernización de los trenes, una leve reducción en los tiempos de viaje. En el invierno de 2002, el trayecto entre Alicante y la estación de Atocha duraba en torno a 3 horas y media. El precio del billete era de 34 euros en clase Turista y 53 en Preferente. La oferta ya no sufriría grandes variaciones hasta la sustitución de los trenes Altaria por los Alvia, material de última generación fabricado por Talgo y Bombardier. En 2008, algunos trenes acortaban un poco más el trayecto, pero el billete costaba ya 39,90 euros en Turista y 65,50 en Preferente.

La entrada en servicio de la línea de alta velocidad entre Albacete y Madrid, en diciembre de 2010, marcó un antes y un después. El viaje dejó de hacerse por Alcázar de San Juan -que vivió una situación parecida a la que se plantea ahora para Elda- y el viaje se acortó en una hora. Desde entonces, los trenes finalizan su recorrido en la estación de Puerta de Atocha y sólo los de Gijón y Santander siguen hasta la de Chamartín.