El director general de Ferrocarriles consideró incidentes puntuales y normales las tres averías dos en trenes y una en la catenaria que provocaron retrasos a unos 900 pasajeros en las tres primeras semanas de operaciones. Según Pozo, este tipo de sucesos son habituales en la puesta en marcha de cualquier línea de alta velocidad de España y Europa, según subrayó Andrés Pozo.

«No diría problemas; estamos hablando de unos equipos de señalización e instalaciones de comunicación muy sofisticados y complejos. Es normal que en el periodo inicial haya algunos ajustes, que es obligado ponerlos a punto a lo largo de los días siguientes», apuntó Pozo. En su opinión, hay que «minimizar este tipo de cosas, porque estamos hablando de un tiempo de trayecto entre Madrid y Alicante» de dos horas y veinte minutos en la actualidad».

Pozo recordó que pese a la situación de ajuste económico, la línea de alta velocidad entre Alicante y Albacete ha supuesto un inversión cercana a los 1.900 millones de euros, de los que 500 millones se han gastado en plena crisis.