«Viendo el cariño y fervor de los alicantinos hacia la Santa Faz del Señor y la peregrinación anual al santuario el día de la romería, mi marido se sintió inspirado y compuso una plegaria muy hermosa, la cual es cantada por la Coral Tabaquera y el pueblo llano en la santa misa todos los años. Agradecería su benevolencia y perdone este atrevimiento». Esta es parte de la carta que, escrita de su puño y letra, envió al Papa Francisco con motivo de su elección Francisca Moratilla, de 90 años y viuda del compositor Moisés Davia, que dirigió la Banda Municipal de Alicante durante 18 años y después la Sinfónica de Madrid hasta su muerte (1994). Una misiva que acompañó con un cd de música de su marido (dos ejemplares), recopilado y editado por uno de sus nietos, Alejandro Ruiz Davia. El disco incluye la plegaria «La Santa Faz» y otras piezas de su creación como «Boda alicantina», los himnos a Dénia, Santa Pola y a la Orden de la Dama de Elche, «Noches crevillentinas» y «Hoguera Maisonnave».

Francisca, que reside en Alicante aunque vivió en media España debido a la carrera musical de su marido, se llevó una gran sorpresa cuando recibió una carta del Vaticano firmada por Monseñor Peter B. Wells, asesor de la Secretaría de Estado del Vaticano, agradeciéndole el detalle en nombre del pontífice. «El Papa agradece esta muestra de cordial cercanía y suplica que recen por él y por los frutos de su servicio a la Iglesia, al mismo tiempo que imparte con particular afecto la bendición apostólica, que extiende complacido a sus seres queridos», reza el escrito. La mujer reconoce que, al leerlo, «lloré de emoción. En mi carta le explicaba que la plegaria de mi marido es ya una tradición, tanto es así que hace siete años fui a ver al obispo de Alicante y me dijo que a esa obra de mi marido no le sobraba ni faltaba una nota ni una letra».

A Francisca Moratilla le encantaría que el Papa viniera a visitar la Reliquia de la Santa Faz. «Iría a verlo y me tiraría a sus pies, a besarle el borde del traje. Ojalá venga, porque ya en la carta le puse que la Peregrina es un acto muy importante para Alicante». «Me encanta el Papa y además se llama como yo. Ha sido tan espontáneo lo que ha hecho, que no me lo acabo de creer. No me esperaba que me contestara pero se ve que es bueno», explicó la mujer, que también recordó la calidad humana de su marido, quien durante su estancia en Alicante (1962-1979) daba conciertos martes, jueves y domingos en la Concha de la Explanada a lo largo de todo el verano, y en los descansos charlaba con la gente.

Moisés Davia murió dejando numerosas piezas musicales que su mujer donó a la Banda Municipal, entre ellas zarzuelas y óperas, aunque algunas, dijo, ya no se editan. En la actualidad, un profesor y músico está trabajando en el libro «Vida y obra de Moisés Davia» a petición de la Politécnica de Valencia, y en diversas poblaciones alicantinas hay calles con su nombre. Además, dos de sus nietas han seguido las carreras de canto y oboe.