«Con todo nuestro cariño a Aarón Marco Medrano, para que tu recuerdo perdure siempre entre nosotros. Te queremos hasta el infinito y más allá». Alicante, 1 de agosto de 2013. La placa, colocada en la Plaza Fontova de San Blas, sobre un monolito, y debajo la foto del pequeño fallecido en el desgraciado accidente del 21 de junio por la esquirla de una lata en la que explotó un petardo, se llenó a rebosar de rosas blancas en su base, las que fueron depositando primero sus padres, hondamente emocionados, seguidos por su hermana, su tía y demás familiares a quienes se sumó la alcaldesa, quien quiso ceder todo el protagonismo a los dolientes más próximos.

Fueron ellos, los padres, quienes descubrieron al unísono la placa del monolito conmemorativo, y quienes entrecortadamente dirigieron unas palabras a los centenares de personas que se acercaron a participar del sentido homenaje que se tributó a su hijo.

Agradecieron a la alcaldesa que desde el primer momento se pusiera a su lado y que siguiera allí. De hecho, Castedo se comprometió a seguir estándolo y por boca de toda la ciudad dijo que nadie olvidaría a Aarón. Los más allegados portaban camisetas con una foto del pequeño y el lema: Justicia para Aarón, «para reivindicar de los órganos pertinentes mayor seguridad con la pólvora», precisó el padre. Poco después reclamaban para las próximas hogueras espacios acotados en todos los racós para tirar petardos y un mayor control por los adultos.

Con un nudo en la garganta, el padre dio paso a su mujer que rompió a los asistentes con un desgarrado grito por su hijo y se abrazó a la más pequeña de la familia, a quien se dirigió la alcaldesa para hacerle ver que con el tiempo se acercará orgullosa al monolito para decir a cuantos le rodeen «que ese niño tan guapo es su hermano». Rodeada de concejales pidió finalmente a los asistentes que sigan arropando a la familia.