La Confederación Hidrográfica del Júcar dio ayer un nuevo rejón a los intereses hídricos de la provincia de Alicante y, en concreto, a los usuarios y regantes del Vinalopó, l´Alacantí y la Marina Baixa, al acordar la remisión al Consejo Nacional del Agua de un proyecto de plan hidrológico de cuenca que no contempla la construcción de la segunda toma del trasvase Júcar-Vinalopó en Cortes de Pallás y, blanco sobre negro, sólo deja abierta la posibilidad de la provincia reciba 12 hm3 de agua al año desde el embalse de Alarcón. Los intereses de la provincia volvieron a quedarse en segundo plano, y el documento que partió hacia el despacho del ministro de Agricultura, Rafael Arias Cañete prioriza los intereses de los regadíos tradicionales de la Ribera del Júcar, que llegan a garantizarse hasta18.800 metros cúbicos por hectárea y año, la conservación ambiental de la Albufera de Valencia y los regantes de la Mancha Oriental.

La Junta Central se ha quedado sóla en la petición de la segunda toma del Júcar-Vinalopó en Cortes de Pallás, ante la indiferencia del vicepresidente José Císcar y del conjunto de diputados alicantinos del PP y PSOE en las Cortes Valencianas, que no han movido un dedo para presionar a Valencia y Madrid. Mientras, además, 14 meses después de cerrarse el embalse de San Diego (Villena) para reparar las fugas, las obras no han empezado y el Vinalopó no puede recibir ni el agua de Cullera, la única que está dispuesta a trasvasar la poderosa Acequia Real del Júcar, que goza de la preferencia del Consell.

El documento que informa favorablemente el plan del Júcar que castiga a la provincia de Alicante -el comienzo del Júcar-Vinalopó no se ha movido de Cullera donde el agua es de dudosa calidad para riego e imposible para el consumo urbano- fue aprobado por 56 votos a favor, 8 en contra y 15 abstenciones. Ahora irá a Madrid, donde el próximo día 26 se debatirá en el Consejo Nacional del Agua, y si antes no se han incorporado modificaciones irá al Consejo de Ministros la suerte estará echada.

El plan prevé una inversión adicional de 260 millones para iniciar, a partir de 2022, las obras que permitan que el agua llegue a l´Alacantí y Benidorm (ramal de la margen izquierda), y que ésta pueda beberse en 2027. Una partida que incluye la construcción de la potabilizadora que negociara el desaparecido conseller García Antón con el que fuera secretario de Estado de Agua del último gobierno socialista, Puxeu, ejecutivo que eliminó la segunda toma y condenó el proyecto.

La planta se construirá en el Alto Vinalopó y tendrá conexiones con Villena, Salinas, Sax, Aspe, Elda y Mutxamel, según figura en el documento al que ha tenido acceso este periódico. Mientras, el Consell sigue trasladando a los regantes que todavía no hay nada cerrado y que hasta el posible que se recupere la toma de Cortes, algo a lo que se oponen los agricultores valencianos, cedentes del caudal.