A preguntas de los periodistas sobre una hipotética independencia de Cataluña, García-Margallo advirtió de que «desde el punto de vista de la legalidad internacional, un referéndum que no respete la legalidad no puede ser aceptado por la comunidad internacional», añadiendo que «un territorio que se separa, queda automáticamente excluido de la Unión y el nuevo estado debe solicitar su adhesión en la UE, conforme a los términos del artículo 49 que establece la unanimidad de los estados miembros». El ministro señaló que, entre tanto, ese estado perdería las ventajas arancelarias de la UE. «Esto no es una amenaza», dijo Margallo, «es una advertencia», para añadir que «queremos que los catalanes no salgan perjudicados».