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Hospital General de Alicante

La unidad de trasplantes hepáticos de Alicante salva 3 vidas al mes

La unidad celebra hoy su segundo aniversario tras realizar 66 intervenciones, lo que supone tres vidas salvadas al mes

Juan Manuel López, segundo trasplantado en Alicante. Pilar Cortés

No hacía ni siete horas que había salido de quirófano y ya se había tomado un café con leche, e incluso admitía que se quedaba con ganas de probar unas galletas. Pascual, rodeado de cables y abiertamente feliz, descansaba ayer en la UCI del Hospital General de Alicante tras someterse a un trasplante de hígado, a cargo de la unidad de referencia en la provincia. El paciente, vecino de Alcoy, es el último alicantino que ha sido objeto de un trasplante hepático en el General, una especialidad que hoy celebra una efeméride. Y es que justo hace dos años, los profesionales del hospital realizaban el primer trasplante en Alicante. Hoy, dos años después, ya son 66 pacientes los beneficiarios de una unidad al servicio de toda la provincia. «Somos referencia, con métodos muy avanzados que se realizan en pocos hospitales, gracias a los grandes profesionales que forman parte de este equipo, desde médicos, enfermeras al resto de personas que intervienen en un trasplante, que de manera directa pueden llegar a una treintena», explicaba ayer Félix Lluis Casajuana, jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo del centro alicantino y responsable de la unidad de trasplante hepático.

Pascual, el último de la lista, apenas llevaba una semana en espera, aunque la media se sitúa en torno a los tres meses. «La llamada me dio mucha alegría, porque siempre acabas pensando que puede que nunca llegue. En mi caso, como he esperado muy poco, no he tenido tiempo para pensar demasiado», explicaba ayer el paciente, apenas unas horas después de la operación.

Pascual es el último trasplantado, pero los médicos aseguran que ningún paciente pasa al olvido. «Este caso es como el primero, no se olvidan. Existe un trato muy directo y prolongado con el paciente», asegura el cirujano Gonzalo Rodríguez, quien resalta las ventajas del servicio alicantino al empezar desde cero hace ahora justo dos años. «No teníamos los vicios adquiridos de otros, cogimos lo mejor de lo que vimos en otros hospitales», apunta.

En Alicante, si todo va bien, un trasplantado hepático permanece de media unas doce horas en Cuidados Intensivos y menos de cuatro días en el hospital. «A cambio de regresar pronto a casa, al principio las consultas son muy periódicas», agrega la doctora Sonia Pascual, del área de Digestivo, quien matiza que un trasplantado nunca se puede olvidar de su condición médica. «Tienen medicación de por vida, y a veces tenemos que recordárselo porque se sienten tan bien que dejan las pastillas de lado», afirma la doctora.

A consulta acudió ayer Juan Manuel López, segundo trasplantado de hígado en Alicante y vecino de Callosa. «He ganado doce kilos desde la operación. Me encuentro fenomenal, he vuelto a la vida», reconocía el paciente, que hoy también acudirá al segundo aniversario de la unidad.

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