Un 26% de hogares en riesgo de exclusión social, un 23% por debajo del umbral de la pobreza, 23% por debajo del umbral de la pobreza un 60% de jóvenes que ni tienen trabajo ni lo buscan, un sistema de atención a la infancia en el que «son escasas o inexistentes las políticas de prevención primaria y universal en el ámbito local», unos presupuestos autonómicos que «no se involucran en las políticas de inclusividad y solidaridad con los más desfavorecidos», un gobierno cuyas prioridades «no han sido atender la situación de los más desfavorecidos, sino beneficiar al sistema financiero»... Éste es el panorama reflejado en el «Análisis y perspectivas de la Comunidad Valenciana 2014», elaborado por el Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad, del CEU Cardenal Herrera, Cáritas y la Fundación Foessa, basado en los datos económicos de 2013 y la primera mitad de 2014, que se presentó ayer y cuyas conclusiones son demoledoras.
Con este trabajo y «más allá de que hayamos tocado fondo o no», se pretende «poner nuestra mirada en quienes no pueden esperar, aquellos y aquellas que siguen dentro del túnel de la exclusión social», esos 1.170.000 habitantes de la Comunidad, más de 440.000 de ellos en la provincia de Alicante 440.000Alicante, que viven en hogares con una renta inferior al umbral de la pobreza fijado en una renta neta inferior a 8.114 euros al año en un hogar de una única persona aplicándose posteriormente un coeficiente de 0,5 a los siguientes adultos y de 0,3 para los menores de 14 años en el mismo hogar.
La Comunidad se sitúa como la sexta autonomía con mayor tasa de riego de pobreza, tres puntos por encima de la media de España y 6,5 puntos por encima de la media de la Unión Europea.
En el estudio se evidencia que el PIB per cápita de la Comunidad ha pasado de los 22.325 euros en 2007 hasta los 18.344 en 2013, lo que supone una reducción del 21%. Además, «la renta se hace más desigualitaria, de forma que la de los grupos con menor renta disminuye en porcentaje superior a la media, mientras que la de los más acomodados aumenta», tal como señalan Eduardo Esteve y Enrique Lluch, dos de los autores del estudio. Además, la intensidad de la pobreza ha pasado del 5% hasta el 8% actual, «es decir, no solo ha aumentado el número de personas en riesgo de pobreza, sino que las que son pobres lo son en mayor grado».
Especialmente dramática es la necesidad infantil, con unos 90.000 niños en la provincia en el umbral de la pobreza. La crisis aquí ha hecho estragos y se ha pasado de un 17% antes de la crisis a un 25% de niños en situación límite en los últimos años. Xavier Uceda y F. Javier Domínguez analizan en el estudio la prevención e intervención en la infancia y remiten a la última encuesta de Condiciones de Vida en la Comunidad, de 2013, para resaltar que un 64,4% de la población tiene dificultades para llegar a fin de mes y 85.000 hogares en la Comunidad no reciben ningún tipo de ingresos, de forma que un 13,7% de menores de 18 años vive en hogares con un nivel de pobreza «alta», la cifra más alta de la Unión Europea sólo por debajo de Rumanía y Bulgaria.
