El encargado del cementerio negó que hubiera prohibido el entierro de una mujer el martes y aseguró que fue la familia la que no quiso porque «se empeñó» en que fuera a un nicho nuevo en lugar de darle sepultura en la tumba donde yacen su marido y una hija. «Lo que no puedo es retrasar entierros porque ellos no quieran. Había once ese día, el de ella era el primero y lo pasé al último, cuando los enterradores se quedaban disponibles. Aquí no se queda nadie sin enterrar, eso sí, no dónde uno quiere, sino donde corresponde». Asimismo, señaló que si la mujer no quería ir al suelo deberían haber presentado sus últimas voluntades.