«No soy un nini, ni un gorrón que quiere vivir de sus padres. Me he visto obligado a actuar por pura necesidad. Me he quedado en la calle, pero lo que quiero es un trabajo». Con estas palabras se explica I. A. S., un joven de unos 30 años de edad, que ha llevado a sus padres a los tribunales para reclamarles una pensión alimenticia porque no encuentra trabajo. El joven asegura que lleva meses viviendo de la caridad de sus amigos y que tiene unos padres millonarios que no quieren saber nada de él tras un traumático divorcio en el que su familia ha quedado literalmente rota en pedazos y por el que se le diagnosticó un trastorno depresivo.

Una juez de Familia aceptó de manera cautelar el pasado mes de diciembre que el joven pudiera cobrar de sus padres una pensión de 500 euros mientras se resolvía el procedimiento principal tras la demanda presentada por el letrado Ernesto Muñoz del despacho Senent-Blanco Abogados. Sin embargo, cinco meses después la magistrada ha desestimado la demanda, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.

El fallo asegura que «no se dan los requisitos para ser acreedor de una pensión» y recuerda que el demandante «tiene 30 años, una formación académica muy amplia y dilatada y conocimiento exhaustivo de idiomas, experiencia laboral en el extranjero y también en España (...) y no consta que su estado de salud no le permita el acceso de nuevo al mercado laboral, teniendo la madurez, salud y preparación suficiente para procurarse por sus propios medios una vida digna». La magistrada dice en el fallo que «no conoce con exactitud» los datos de desempleo juvenil en España pero «el hecho de que exista una tasa elevada de desempleo con carácter general no puede servir para aplicar la falta de trabajo a este caso concreto».

La sentencia ha sido recurrido ante la Audiencia Provincial, que deberá pronunciarse sobre este extremo. «Me han dejado literalmente en la calle», aseguró a este diario el demandante que recordó que hoy por hoy la búsqueda empleo por parte de muchos jóvenes es poco más que imposible y muchos de ellas se han tenido que marchar a otro país. «Ni siquiera tengo esa opción porque no tengo ni para pagar el viaje», señaló.

En la demanda, se detalla que I. A. S. cuenta con estudios superiores, graduado en arte y diseño, título de turismo por la Universidad de Manchester. Desde los 18 años ha vivido en el extranjero, principalmente en el Reino Unido, donde ha compaginado sus estudios con trabajos remunerados. Fue a raíz del divorcio de sus padres en septiembre de 2011 cuando tuvo que regresar a España «en apoyo a ambos progenitores». El joven asegura que al intentar mediar entre los dos se vio en medio de «manipulaciones, tensiones, chantajes emocionales (...), así como mobbing familiar» por parte de su padres.

En septiembre de 2013, I. A. S. regresó a Londres pero a los dos meses cayó en una depresión que le devolvió a Alicante. «No tengo ni derecho a prestación por desempleo porque no he trabajado en España», explicó. Asegura que durante todo este tiempo ha estado buscando trabajo activamente sin resultado y hasta ha creado una página web para ayudar a todos los que se encuentran en una situación como la suya (www.hijosdivorciados.com).