El repunte de la natalidad desde finales de la década de 1990 hasta la llegada de la crisis económica pudo hacer pensar que esta tendencia se consolidaría con el tiempo, ya que se habían logrado cambiar pautas que estaban establecidas desde hacía ya muchos años. Sin embargo, la nueva coyuntura económica hizo saltar por los aires ese cambio, hasta el punto de que los datos son ahora mismo mucho peores que los existentes a finales de los años 90. Así, la tasa bruta de natalidad en la provincia ha caído al nivel más bajo de su historia, con 8,52 nuevos nacidos por cada 1.000 habitantes. Asimismo, y de manera progresiva, la edad media de la maternidad sigue aumentando.
En este sentido, en 2014 se superó la barrera de los 30 años como edad media para tener el primer hijo. En concreto, las alicantinas que fueron madres a lo largo del año pasado tenían de media 30,03 años. El dato es sensiblemente superior al de 2013, que se situó en 29,84 años. A lo largo de los tiempos de bonanza económica, la edad media de las mujeres que tenían su primer hijo en la provincia se había mantenido muy estable, en torno a los 29 años. Por lo general, las alicantinas eran madres por primera vez más tarde que antes, pero la situación económica permitía afrontar la nueva situación. Sin embargo, tener un hijo parece cada vez más una inversión sobre la que es necesario meditar mucho antes de emprender este camino.
