El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, ensalzó ayer la emotividad de la procesión que cada Miércoles Santo realiza la Hermandad de Santa Cruz y destacó que por su belleza visual y sentimental constituye toda una referencia para los vecinos de la ciudad y para quienes la visitan. El primer edil fue el encargado de pronunciar el pregón que abre los actos de Semana Santa de la hermandad, y que tuvo que celebrarse en el interior de la ermita después de que poco antes se produjera una llovizna, ante el temor de que el agua pudiera deslucir la cita. El pequeño templo se quedó abarrotado, dada la gran afluencia de público que, como siempre, acudió a la cita, aunque la megafonía hacía posible seguirla también desde el exterior.

Echávarri rememoró cuando, de niño, su madre lo llevó a ver la procesión de Santa Cruz por primera vez, «para que comenzara a amar a la ciudad de Alicante». Afirmó que «vivir Santa Cruz es una ilusión y así se transmite desde sus protagonistas a los que les visitan». El alcalde describió la experiencia de acudir a la ermita un Miércoles Santo, y de mostrar también cómo es esta procesión como anfitrión a otra persona de fuera. El alcalde destacó que es algo «único y vital», en el que «la calle vibra de emoción», tanto por el sentir que se palpa como por el entorno físico en el que transcurre. «Volver a Santa Cruz», dijo, «es empaparte de la esencia de Alicante», así como «sentirte orgulloso de ser alicantino» o «aunque no lo seas, sentirte alicantino». Por ello, aseguró, quien acude alguna vez a la procesión del Miércoles Santo vuelve a hacerlo, y además se encarga de difundir su magia. Y por eso, «siempre volveré a Santa Cruz», recalcó como final.