­«El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho», Declaración de los Derechos del Niño (principio 7, párrafo 3) aprobada por unanimidad por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959. Además, «los niños juegan para divertirse, pero el juego también es un aspecto importante de su aprendizaje y su desarrollo. El juego ayuda al niño a ampliar sus conocimientos y experiencias y a desarrollar su curiosidad y su confianza. Los niños aprenden intentando hacer cosas, comparando los resultados, haciendo preguntas, fijándose nuevas metas y buscando la manera de alcanzarlas. El juego también favorece el desarrollo del dominio del lenguaje y de la capacidad de razonamiento, planificación, organización y toma de decisiones. La estimulación y el juego son especialmente importantes si el niño padece una discapacidad», como recoge UNICEF.

Incluso en su publicación Deporte, Recreación y Juego señala: «el deporte, la recreación y el juego fortalecen el organismo y evitan las enfermedades, preparan a los niños y niñas desde temprana edad para su futuro aprendizaje, reducen los síntomas del estrés y la depresión; además mejoran la autoestima, previenen el tabaquismo y el consumo de drogas ilícitas y reducen la delincuencia».

Por ello las ludotecas tienen un papel relevante dentro de los espacios destinados al juego de los niños. La idea de las ludotecas es una expresión del derecho fundamental de los niños al juego. Al igual que existen bibliotecas en las cuales las personas con menos recursos pueden disponer de libros gratuitamente o a bajo coste, los niños tienen derecho a disfrutar del juego y de los juguetes independientemente de los recursos económicos de sus familias.

Actualmente, la idea de ludoteca ha cambiado sustancialmente, para pasar de ser un espacio que ofrece juguetes a un espacio que, además, facilita las relaciones sociales, proporciona un medio de desarrollo integral del niño y le concede posibilidades de diversión.

Definición

Del latín ludus, «juego», «juguete» y de la palabra griega théke «caja», «lugar donde se guarda algo», se trata de un espacio donde se realiza algún tipo de actividad para niños con alguna dificultad como de juegos y juguetes, especialmente en educación infantil, con el fin de estimular el desarrollo físico y mental y la solidaridad con otras personas. Originadas como espacio pedagógico a partir de la década de los años 60, existen varios tipos de ludotecas dependiendo de la ubicación, edad a la que está dirigida o actividades que realiza.

En España, al final de la década de los setenta, algunas instituciones públicas decidieron crear o subvencionar ludotecas de carácter permanente. Se trata de instituciones recreativo-educativas que disponen de espacios distribuidos y ambientados para el juego, de juguetes y elementos lúdicos, de talleres para diseñar, construir y reparar juguetes... y de educadores especializados. Son una alternativa que se ofrece a niños y en ocasiones a los jóvenes, para paliar las limitaciones socioeconómicas, pedagógicas y culturales que nuestra sociedad impone a la infancia en su actividad más propia y natural: el juego.

Orientadas principalmente a niños de entre 3 a 15 años, entre los numerosos beneficios que estos espacios lúdicos proporcionan, se puede destacar que: favorece el desarrollo integral; propicia la convivencia; promueve el respeto, el orden y la limpieza; fomenta la imaginación y la creatividad; ofrece un ambiente sano y seguro; está atendido por personal especializado y cualificado; así como garantiza diversión y entretenimiento.

Beneficios de las ludotecas

Favorecen el desarrollo integral

Propician la convivencia

Promueven el respeto, el orden y la limpieza

Se fomenta la imaginación y la creatividad

Ofrecen un ambiente sano y seguro

Están atendidas por personal especializado y cualificado

Garantizan diversión y entretenimiento

Tipos según edades y función

Una ludoteca se puede dividir en varios ciclos, según las edades de los participantes (de 3 a 6, de 7 a 9, de 10 a 12 y de 13 a 15 años) teniendo cada ciclo unas características determinadas, así como también existe una tipología diferente en función de su ubicación o de la función para la que ha sido creada.

Ludotecas circulantes o móviles: utilizan ludobuses que permiten llevar a diversos lugares alejados o carentes de espacios recreativos el préstamo de materiales lúdicos.

Públicas: están ubicadas en instituciones como casas de cultura, museos, bibliotecas, centros recreativos o círculos sociales. Brindan un servicio que abarca a toda la comunidad y de amplio horario.

Escolares: se encuentran dentro de instituciones de enseñanza primaria y secundaria y poseen materiales lúdicos según el tipo de usuario y los objetivos que se persiguen.

Hospitalarias: consisten en poner espacios habilitados para el juego a disposición de pacientes infanto-adolescentes.

Laboratorios: son anexos de otras instituciones relacionadas con la actividad docente o lúdica para la experimentación o formación de especialistas. Son institutos pedagógicos, empresas productoras de juguetes, entidades de investigación psicológica o sociológica, etcétera. Tienen carácter investigativo.

Itinerantes: son las creadas por instituciones provinciales para acercar materiales lúdicos a núcleos rurales, comúnmente se realizan en escuelas.

Especializadas: para realizar trabajos con personas con discapacidad, exclusivamente para uso infantil. Estas ludotecas cuentan con material seleccionado dentro del establecimiento educativo.

Judiciales: son de tipo especializadas, situadas en instituciones relacionadas con el derecho, para el abordaje de niños, niñas y adolescentes que se enfrentan a situaciones de violencia, maltrato y abuso sexual, entre otros.