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Mar de plásticos

El Mediterráneo se sitúa entre los 6 espacios marinos del planeta con más concentración de basura

Un grupo de voluntarios limpia de residuos la arena de la playa de San Juan en una imagen de archivo DAVID COSTA

Miles y miles de toneladas de plástico flotan en las aguas de medio mundo y el Mediterráneo no escapa a esta creciente contaminación. Tanto, que nuestras aguas son una de las seis grandes concentraciones de plástico que los científicos han localizado en todo el mundo, equiparable a otras situadas en el Atlántico o el Pacífico, océano este último donde se localiza la denominada «isla de basura», que se estima tiene un tamaño de 1.400.000 kilómetros cuadrados. Pero como todo problema, ésta es sólo la punta del iceberg. «En el Mediterráneo sólo se ha podido contabilizar el plástico de la superficie, que puede suponer sólo el 1% del total. Respecto a lo que hay en los fondos marinos, no lo sabemos», señala Andrés Cózar, profesor e investigador de la Universidad de Cádiz, quien ayer intervino en la primera jornada del V Simposio Internacional de Ciencias del Mar, que se está celebrando en la Universidad de Alicante.

La acumulación de plásticos en el Mediterráneo es fruto de la acción del hombre y de lo cerrado que es este mar y se caracteriza además por su movilidad y cercanía a la costa. «En el primer kilómetro adyacente a la costa ya hay plástico, que se va moviendo a merced de las corrientes y las tempestades». Aunque Cózar asegura que las evidencias científicas sobre las consecuencias de este fenómeno aún no están claras, «Sí que se han hecho estudios en países como EE UU y Tailandia en los que se detectó que entre un 25% y un 40% del pescado que se vendía para consumo humano tenía restos de plástico».

Evitar que el mar continúe siendo un enorme vertedero pasa por reducir el consumo de plástico y depositar cada envase que utilicemos en el lugar adecuado. «Hay que tener en cuenta que no sólo contaminamos tirando directamente la basura al mar. Si por ejemplo yo dejo una botella tirada en la calle, esta se irá desintegrando por la acción del sol y del clima y los restos terminarán arrastrados hacia las redes de drenaje de la ciudad y de ahí al mar».

Además de contener el consumo de plástico y promover una gestión eficiente de los recursos, Cózar apuesta por otras medidas, como el pago de incentivos a las cofradías de pescadores para que limpien el mar.

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