El incendio forestal declarado en Bolulla y que se extendió a los términos de Tárbena y Callosa d'En Sarrià, que ya ha sido perimetrado y estabilizado, ha devorado unas 600 hectáreas de bosque mediterráneo de alto valor a causa, según todos los indicios, de "la mano del hombre".

En una visita a primera hora a Bolulla, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha informado de que se trata de un nuevo "desastre ecológico y contra el patrimonio ambiental más que evidente" tan solo un día más tarde del ocurrido en las cercanas localidades de Xàbia y Benitatxell, también presuntamente provocado y que desde ayer está bajo control tras quemar más de 800 hectáreas y obligar al desalojo de 1.400 vecinos.

Una vez que ha sido estabilizado el fuego de Bolulla, lo que significa que no hay llama aunque sigue saliendo humo, los soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajan en el perímetro norte, en el barranco de Los Sacos, para avanzar en el objetivo de dar el fuego por controlado (lo que se producirá cuando no salga humo).

Ha añadido que ayer preocupaba mucho las cercanas sierras de Bernia y de Ferrer, de alto valor ambiental, aunque la situación en esas zonas está controlada.

Moragues ha destacado que los factores climatológicos han ayudado durante la pasada noche ya que "ha refrescado" al bajar la temperatura mínima a unos 20 grados y por que la humedad ha subido de en torno al 20 por ciento al 60.

El centenar de vecinos de viviendas diseminadas ya pueden regresar a sus casas y muchos de ellos lo están haciendo para evaluar las pérdidas materiales y recoger objetos personales.

En cuanto al origen de las llamas, el delegado del Gobierno ha apuntado que "la principal línea de investigación" del Servicio de la Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) se centra en el testimonio del dueño de una de estas viviendas rurales diseminadas desalojadas, un súbdito alemán, que comunicó que había visto un fuego en la finca rural de al lado.

Moragues ha relatado que a lo largo de 2016 se han registrado hasta siete focos de incendios en Bolulla, uno de ellos entre la noche del pasado viernes al sábado, que se apagó rápido.

Un día después, el domingo, hubo otro foco sobre las 16 horas que también fue atajado, y el pasado lunes a las 18 hubo otro más que ha sido el que se ha desarrollado enormemente.

"Son muchas casualidades y ahora estamos trabajando para detectar al autor", ha subrayado, mediante el análisis del lugar donde se iniciaron las llamas con el fin de aclarar si se ha tratado de una "negligencia o ha sido intencionado".

Además del de Bolulla y del también estabilizado de Xàbia y Benitatxell, durante la pasada tarde-noche hubo otro "par de sustos" que han quedado en poca cosa, según Moragues.

En La Nucía se quemaron 6.000 metros cuadrados de cañar alto por, supuestamente, una quema negligente, un fuego que alarmó a la población cercana por la altura que alcanzó, aunque fue controlado en pocas horas.

También hubo otro incendio en el vertedero que atiende a Benissa y Gata de Gorgos, del mismo modo controlado aunque sigue saliendo humo y lo seguirá haciendo durante uno o dos días más porque hay una gran cantidad de sustancia "muy inflamable".

UN AUTÉNTICO DESASTRE MEDIOAMBIENTAL

El segundo gran incendio que ha puesto en jaque a la provincia en dos días devoró ayer cerca de 500 hectáreas en la Marina Baixa, que se suman a las 812 que ardieron el pasado lunes en Xàbia y Benitatxell. Un auténtico desastre medioambiental que ayer sembró la alarma en otros dos espacios de gran valor ecológico: la Sierra de Bernia y las Fuentes del Algar. Por fortuna, el elevado número de efectivos y medios aéreos y terrestres desplazados para combatir las llamas en Bolulla, Tárbena y Callosa d´en Sarrià logró evitar su avance en estos dos enclaves.

Fuentes del Puesto de Mando Avanzado (PMA) confirmaron a última hora de ayer que las llamas se encontraban «cercadas» y se había logrado detener su avance, aunque estaba previsto que a lo largo de toda la noche continuaran desplegados en la zona bomberos, brigadistas forestales y militares de la Unidad Militar de Emergencia (UME) para evitar nuevos rebrotes. La superficie afectada, al cierre de esta edición, rozaba las 500 hectáreas y había alcanzado los términos municipales de Bolulla, Callosa d´en Sarrià y Tárbena, además de un tramo de la Sierra de Bernia por término de Xaló, en la Marina Alta.

Al menos, dos focos

El incendio, que todo apunta a que pudo ser intencionado, se inició pasado el mediodía del lunes en término municipal de Bolulla, en la zona conocida como Barranc de la Rabosa. Horas antes, los equipos de extinción habían conseguido controlar otro fuego que se había iniciado la tarde del domingo en una partida rural de la localidad, por lo que gran parte de los medios desplazados a la zona fueron trasladados a Xàbia, donde más preocupaba la situación. Sin embargo, la aparición de un segundo foco hizo que se reactivara el fuego en Bolulla, que cobró potencia conforme avanzaba la tarde y quedó totalmente descontrolado al caer la noche, cuando ya no podían actuar los medios aéreos.

La difícil orografía del terreno, sumada a los escasos medios disponibles para frenar su avance, permitió que las llamas se propagasen rápidamente por este barranco y alcanzasen la partida de Sacos, en la zona alta del Algar, así como el Estret de Bolulla, dos espacios totalmente agrestes que ayer amanecieron envueltos en fuego.

A lo largo de la noche, la Policía y la Guardia Civil tuvieron que desalojar a cerca de un centenar de personas de unas cuarenta viviendas diseminadas por este terreno rural, para las que se habilitó la Casa de Cultura de Bolulla y el polideportivo municipal de Callosa. Sin embargo, todas ellas optaron por acudir a casas de parientes o conocidos y no necesitaron utilizar ambos espacios.

El avance del fuego a lo largo de un barranco dificultó enormemente el acceso a los efectivos terrestres y centró durante todo el día de ayer el grueso de la extinción en la actuación de los medios aéreos. Las distintas administraciones enviaron a Bolulla a más de 300 efectivos, entre bomberos, brigadas forestales, guardias civiles, policía local y autonómica, a los que también se sumó una sección de la UME con medio centenar más de personas.

Asimismo, a lo largo de toda la jornada, intervinieron hasta 17 medios aéreos, once de ellos del Ministerio de Agricultura, tanto para echar agua sobre las llamas como para transportar por el aire a los brigadistas para refrescar el terreno, según explicaron fuentes del PMA. La fuerza con la que avanzaban las llamas y la dirección del viento puso desde primera hora en alerta la zona del Algar. Durante toda la jornada, tanto las fuentes como los restaurantes y otros espacios turísticos de este enclave permanecieron cerrados, al igual que los accesos para llegar en coche al paraje desde Callosa. Los efectivos combatieron con intensidad para frenar la propagación hacia las Fuentes, a lo que contribuyó un cambio en la dirección del viento pasadas las 11.30 de la mañana.

Sin embargo, esta variación llevó el peligro hacia otro punto: la Sierra de Bernia. Como reconoció la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, así como otros miembros de los equipos de extinción, la otra gran preocupación de la jornada es que las llamas llegaran hasta este monte, que hace de «frontera» natural entre las dos Marinas, debido a su gran valor ecológico.

A diferencia de lo ocurrido en dirección sur, los medios desplegados en la zona no pudieron evitar que el fuego acabara trepando hacia la cima de esta sierra y fuera visible desde Xaló, Benissa y otros puntos de la Marina Alta, aunque rápidamente se logró cercar el perímetro y sofocar rápidamente las llamas, que al cierre de esta edición se encontraban apagadas en esta zona.

Pero no así en el resto. Fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos avanzaron ayer que, inicialmente, la previsión apuntaba a que las llamas seguirían activas durante toda la noche en la zona de Bolulla, dado que, aunque se había logrado detener su avance, seguían sin lograr sofocarlas, en parte también debido a la vasta vegetación existente en la zona, que actuó como combustible para agilizar la propagación del fuego y dificultar su extinción.

En cualquier caso, estas mismas fuentes señalaron que la bajada de las temperaturas y el incremento de la humedad previsto para la noche podrían contribuir a estabilizar el fuego.

Varias líneas de investigación

Aunque durante la jornada de ayer ya se realizaron las primeras batidas para iniciar las averiguaciones, la Guardia Civil investigará ahora de manera exhaustiva todos los indicios que se hallen en el lugar para esclarecer las causas de este incendio y si, al igual que en Xàbia, también actuó un pirómano. Distintas fuentes apuntaron ayer que se da por segura la acción humana, principalmente por la existencia de, al menos, dos focos, aunque nadie se aventuró a dar por cierta ninguna hipótesis.

El director general de Emergencias de la Generalitat, José María Ángel, concretó ayer que hubo «varios focos no conectados entre sí dentro de un mismo triángulo de montañas», y agregó que, a la espera de la posterior investigación, «la mano del hombre está, ya sea bien por negligencia, por un trabajo agrícola, por una barbacoa o por una clara intencionalidad».

Estas manifestaciones, unidas a la declaración de algunos testigos, hicieron que se propagase el rumor de que el origen del fuego había sido una barbacoa encendida el pasado domingo por unos alemanes en una vivienda de la zona, un extremo que fue desmentido a este diario tanto por fuentes policiales como del Puesto de Mando Avanzado que dirige la extinción. En ambos casos, atribuyeron este dato a «rumorología» y aseguraron que todavía no hay ninguna causa que cobre fuerza para poder avanzar conclusiones.

Lo mismo afirmó ayer por la tarde el delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Moragues, quien dijo estar «convencido» de que el fuego comenzó «por la mano del hombre, aunque falta por esclarecer si ha sido de forma intencionada o por una negligencia».