Datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2007 señalan que un 56.9% de los españoles pensaban que un bofetón podría ser necesario alguna vez, pero los investigadores universitarios quieren erradicar el castigo físico a los menores.

HandsUp es un proyecto financiado por la Comisión Europea, impulsado desde Portugal y liderado por la Universidad de Alicante con este propósito, puesto en marcha en octubre y con una duración de dos años.

Aborda dónde está el límite de la típica reflexión de que «por dar un azote no pasa nada», y persigue mejorar la aplicación efectiva de la ley sobre los castigos, evaluando las normativas de los distintos países.

"Existen muchas lagunas legales y judiciales sobre los castigos corporales contra los menores. En Europa hay países que ya los han prohibido explícitamente, pero en otros existe gran tolerancia a este tipo de prácticas educativas", señala la experta del Departamento de Comunicación y Psicología Social de la UA, Ana Rosser, coordinadora del

proyecto.

Junto a investigadores de Alemania, Bulgaria y Grecia, por la UA participan además Carmen López, Victoria Tur, Diana Jareño y Concepción Torres, con la colaboración del Síndic de Greuges y la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

El proyecto también promociona acciones de sensibilización y prácticas de disciplina positivas dirigidas a padres, tutores, profesionales de la infancia, jueces, fiscales y fuerzas policiales.