El barranco de Finestrat volvió a ser el escenario ayer de una trágica muerte tras un fuerte temporal seis años después. En octubre de 2011 una pareja de turistas británicos, de 70 y 72 años, falleció como consencuencia de una fuerte riada que sorprendió a decenas de personas que en ese momento se encontraban en el mercado municipal de los viernes. En esa oportunidad no existieron alarmas ni se desplegaron dispositivos de emergencias previos, como si ha sucedido durante estos últimos días en la provincia. La crecida de 2011 se produjo en apenas 25 minutos y dejó además cinco heridos e innumerbales pérdidas para los vendedores del mercadillo. En este momento no se había decretado por parte de la Generalitat o el Gobierno central la alerta por lluvias.

El alcalde del municipio en ese momento, el popular Honorato Algado, está imputado en la causa que se inició por haber autorizado la instalación del mercadillo sobre el cauce del barranco, por un presunto delito de imprudencia con resultado de muerte y lesiones graves, que se encuentra pendiente de juicio. El Ayuntamiento acordó en 2013 asumir parte de su responsabilidad en el suceso y abonó algo más de 300.000 euros a los comerciantes del mercadillo.

redacción / efe