Durante el día del asesinato de María del Carmen Martínez, Miguel López usó su teléfono móvil un total de 456 veces, tanto para realizar llamadas telefónicas como para conexiones de datos. Durante la hora en la que tuvo lugar el crimen no lo usó ni una sola vez. Estos son los datos que se desprenden del análisis del listado de llamadas del sospechoso que aparecen en el sumario del caso.
Según estos datos, antes de los disparos usó el terminal telefónico un total de 160 veces (28 de ellas eran llamadas de voz y 132 conexiones de datos). Tras el asesinato, el terminal tuvo también una intensa actividad, sobre todo a partir de los momentos en que se supo que Maria del Carmen había fallecido tiroteada en las instalaciones de Novocar: otras 296 (44 llamadas de voz y 252 conexiones de datos). Una actividad intensa en el terminal que no finalizó hasta las 23.30 horas.
En medio de estos datos hay un detalle que ha llamado la atención de los investigadores: de 17.48 a 18.48 horas el teléfono no tuvo actividad alguna, justamente los momentos inmediatamente anteriores y posteriores al asesinato.
Los informes policiales sitúan los disparos a Maria del Carmen en torno a las 18.30 horas. Según la Policía, la explicación a esta ausencia de actividad es que el sospechoso o bien tenía el teléfono apagado o bien se había quedado sin batería. Las cámaras de seguridad de la finca de los Sala muestran a Miguel López al llegar a su casa en actitud de consultar su teléfono, según interpretan los agentes. El informe señala que el sospechoso quería asegurarse de tener testigos cuando le llamaran para avisar de que habían tiroteado a su suegra y la Policía cree que apagó el móvil por si le llamaban antes de lo previsto.
