Los bomberos continúan sacando agua de las urbanizaciones que en la noche del lunes se inundaron en las avenidas Niza y Costa Blanca. En dos de los inmuebles ya se ha sacado prácticamente toda la agua y los trabajos continúan en otros tres. En algunos casos, como el del edificio Sol y Sol, los propios vecinos han sido quienes han pagado para alquilar bombas de agua y así tratar de agilizar los trabajos. En la mañana de ayer la zona de aparcamiento de esta urbanización estaba ya prácticamente libre de agua. «Sólo con la bomba que han traído los bomberos no era suficiente, así que el administrador ha decidido pagar a una empresa especializada», señalaba Mario, conserje de este edificio.

Libres por fin de agua, los vecinos hacían balance de los daños. «Mi coche tiene muchos años y no lo tengo asegurado a todo riesgo, así que no sé que hacer. Me van a dar cuatro duros y la reparación me va a salir carísima», explicaba Pedro Rodríguez, vecino del edificio Sol y Sol. Su coche fue uno de los que quedó sumergido por el agua en el aparcamiento esta urbanización. «También tenía aparcada la moto, pero el mecánico me ha dicho que la podrá reparar».

Los mayores daños se concentran en un triángulo formado por tres urbanizaciones, dos en la avenida de Niza y una en la Costa Blanca, que además están rodeadas de descampados convertidos en auténticas balsas de agua. Según estimaciones del concejal de Seguridad, Fernando Marcos, en esta «zona cero» se acumularon tras la tromba del pasado lunes 20.000 metros cúbicos de agua. Ayer a mediodía «ya se había retirado un 40%» y los trabajos de achique aún se prolongarán, según Marcos, «por lo menos dos días».

En otra de las urbanizaciones de la avenida de Niza, los apartamentos Playa, el agua seguía cubriendo ayer por la mañana todas las zonas comunes, con varios vehículos flotando en el estacionamiento. Los vecinos de esta finca se quejan de que el agua acumulada en los descampados contiguos impide agilizar los trabajos de achique. «Nuestro muro se rompió, así que no para de entrar agua y los bomberos nos han dicho que hasta que no acaben de sacar toda el agua de la calle de arriba no se pueden meter a fondo aquí», aseguraba ayer María Rosa García, vecina de este edificio.

También aquí los vecinos han optado por contratar los servicios de una empresa especializada para intentar volver a la normalidad. Sin embargo, el trabajo que tienen por delante es descomunal. «Llevamos un día entero, mañana y noche, sacando agua y sólo hemos conseguido que el nivel baje 20 centímetros. Así no terminamos ni en dos semanas mientras no se vacíen los descampados que rodean el edificio», lamentaba Juan Mena, responsable de la empresa de desatascos que trabaja en los apartamentos Playa.

El principal problema de esta zona es que buena parte de las edificaciones se sitúan por debajo del nivel del mar, lo que provoca que se inunden ante temporales como el del pasado lunes. Pese a este problema, el Ayuntamiento ha descartado construir nuevos colectores que palien esta situación. Algo con lo que no están de acuerdo vecinos como Pedro Rodríguez. «Somos ciudadanos y ante situaciones imprevisibles como esta necesitamos ayuda de los organismos públicos».

Mientras, unas 120 viviendas de tres edificios continúan sin suministro de luz y agua. Pedro Bellón es uno de estos vecinos que lleva dos días a oscuras en casa y sin agua potable. Su coche es uno de los que aún flotan en el aparcamiento de esta urbanización, aunque ayer por la mañana había para este jubilado cosas peores. «Acabo de bajar 17 pisos andando y lo peor es pensar que en un rato tengo que subirlos de nuevo». Ante esta precaria situación, Bellón asegura que algunos de sus vecinos han optado por hacer las maletas y marcharse a casa de familiares y amigos.

Cinco equipos de bomberos continúan trabajando en la playa de San Juan con 5 motobombas, 8 electrobombas y dos caminones. La mañana de ayer fue un ir y venir de grúas y coches de las compañías aseguradoras para valorar daños. «Afortunadamente en el trastero no tenía nada de valor, pero el coche se ha llenado de agua por completo. Lo tengo a todo riesgo y estoy esperando a que llegue la grúa para llevarlo al depósito», señalaba C. L., vecino del edificio Sol y Sol, que prefería dar sólo sus iniciales. Este jubilado lleva 50 años viviendo en este edificio de la avenida de Niza y no recuerda una tromba de agua igual en todos estos años. «En la gota fría de hace 20 años el agua alcanzó los 30 centímetros, mucho menos que esta última».