El tripartito estresó a los comerciantes al cerrar el acuario de la Plaza Nueva tras la muerte de los 130 peces que albergaba, lo que se tradujo en unas pérdidas del 20% en los establecimientos del entorno, y cuando lo reabre 20 meses después estresa a los peces que además de ser pequeños apenas se vieron ayer.

La fiesta de reinauguración, a la que acudieron unas 200 personas, incluyó cervezas, vino y un picoteo. Todo ello amenizado por un dj que instaló el altavoz junto a las escaleras de acceso al acuario. Resultado: los peces se estresaron y apenas se dejaron ver para desilusión de las decenas de niños y mayores que buscaban con las caras pegadas al cristal a los ejemplares escondidos entre el atrezzo marino. De hecho la frase más repetida fue «pues no los veo» seguida de alguna exclamación infantil cuando conseguían localizar a alguno.

Lo curioso es que la fiesta de reinauguración costó unos 4.000 euros, mientras que, según admitió el alcalde, Gabriel Echávarri, los cristales de la instalación, llenos en la parte delantera de rayajos y firmas, no han sido sustituidos porque «se disparaba el precio».

Con los 142.000 euros del proyecto, que incluyen un año de mantenimiento, sí se ha transformado el interior del acuario. Antes constaba de un único tanque y ahora se han dispuesto seis con un acceso interior cerrado al público desde donde se alimentará y cambiará el agua a los ejemplares. Eso sí, cuando lleguen todos los que se esperan. De momento sólo hay dos tercios de los 220 anunciados. Quienes se acerquen estos días podrán ver crustáceos como langostas, gambas y galateas en una urna; pintarrojas, cabrillas, bogas, lisas, rayas y julias en otra; y en otra, parte de los pescados «de consumo» con doradas y lubinas entre otras, de las que se buscan tamaños pequeños acordes al espacio del que disponen. El tanque con las medusas y los de las trompeteras y signátidos, entre los que se encuentra el caballito de mar, tendrán que esperar al menos un mes. La bióloga encargada del mantenimiento del acuario, Marta Beltrá, explicó que estas especies son «más delicadas» y necesitan unas condiciones de agua «óptimas, con más de un ciclo de oxigenación». La experta destacó que todas las especies son mediterráneas y señaló que una vez que estén todas y en los días sin tanto barullo como el de ayer «lucirá mucho porque hay varios llamativos por sus colores y sus movimientos».

Pese a todo, tanto el alcalde como los vecinos y comerciantes confían en que la reapertura del acuario atraerá de nuevo a la gente a la plaza y ésta volverá a animarse. «Ha estado demasiados meses cerrado y los comerciantes lo estaban pasando mal. Ahora se reabre y yo creo que será más innovador y didáctico y sobre todo volverá la vida a la plaza», afirmó el alcalde.

El presidente de la asociación Corazón de Alicante, Vicente Armengol, dijo «estar muy contento con la reapertura porque aunque han tardado al final han cumplido». Y Sara Calderón, que acudió con sus dos hijos pequeños también se alegró de la reapertura. «A los niños les encanta y es verdad que desde que cerraron habíamos sacado la plaza de la ruta parque, setas, peces que solíamos hacer. A partir de ahora volveremos», indicó.

Quizá sólo haya que imitar a los peces, olvidar rápido y disfrutar del acuario cuando vuelva la calma.