El pasado viernes 21 de abril el monasterio acogió el ensayo de la apertura del camarín que contiene la valiosa reliquia. Tras varias pruebas, el capellán de Santa Faz, José Luis Casanova, fue en el encargado de abrir la urna. En ese momento comenzó a sonar una estridente alarma, que alertaba de que algo ocurría en la arqueta que guarda el tesoro más preciado del monasterio. «La hemos dejado conectada a propósito», aclaró entonces Casanova. La comprobación se efectuó en la semana previa a la romería, ya que las lluvias caídas durante el mes anterior provocaron daños en el templo y se aprovechó para realizar unos ajustes en el sistema de alarmas. El resultado fue que todo funcionaba con normalidad. En este sentido, los actos vandálicos de este fin de semana no pusieron a prueba a la alarma, puesto que la urna que conserva la Santa Faz no llegó a ser abierta.