Susto en la Santa Faz. El monasterio alicantino amaneció ayer domingo con varios desperfectos en su interior procedentes de un acto vandálico efectuado de madrugada, y cuya autoría todavía se desconoce.

Sobre las 7.35 horas de la mañana de ayer, instante en el que el capellán abría la iglesia del monasterio en compañía de la persona que realiza esta tarea, se encontraron en las columnas del santuario siete pequeñas cruces del vía crucis de forma invertida. Además, aparecieron «signos extraños», según el Obispado, en el cristal blindado que protege la reliquia de la Santa Faz por el lado del templo, sin llegar a romperlo. Estos no fueron los únicos daños sufridos por el monasterio, ya que también fueron sustraídos dos libros: uno litúrgico de oración y el dietario donde se anotan los actos de culto. Ambos sin demasiado valor económico.

Inmediatamente se dio aviso a la Policía Científica, que se personó en el monasterio para tomar huellas y evaluar los sucesos. También se desplazó hasta ahí el obispo diocesano, junto con el vicario general, para reunirse con la comunidad de religiosas, que se encontraban «conmovidas» por el suceso, y con el propio capellán. Las mismas fuentes señalaron que el hecho de que el cristal que preserva la reliquia estuviera blindado «evitó males mayores» y mostraron su extrañeza por lo sucedido «ya que no ha resultado sustraído ningún otro objeto de valor».

Hipotésis y signos satánicos

Las teorías, por el momento, siguen siendo dispares, si bien sí que cobra fuerza la de que el infractor (o infractores) permaneciera oculto en el interior del templo desde la noche del sábado y huyera sin ser visto el domingo por la mañana, una vez que las puertas fueron abiertas.

Se presupone que el gamberro, una vez solo en el interior de la iglesia cerrada, durante la citada madrugada, causó los daños en el altar con un punzón y trató -sin éxito- de acceder al camarín que guarda la reliquia. La vitrina que protege la Santa Faz presenta una serie de desperfectos realizados con un artilugio rematado en punta, entre los que se diferencian varios signos satánicos: la presencia del número 666 y una cruz invertida, así como varias marcas más de difícil interpretación.

A día de hoy la Policía trabaja para identificar al autor de la gamberrada y tiene diversas vías abiertas. La primera de ellas, las grabaciones de la cámara de seguridad con la que cuenta el templo y que fue girada supuestamente por los vándalos. La segunda, la búsqueda de huellas que realizaron los agentes de la Científica.

Durante la tarde de ayer hicieron presencia en el monasterio el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y el concejal de Recursos Humanos, Carlos Giménez. El obispo de la diócesis Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, comentó que «los daños han sido mínimos» y que su autor puede que sea «una persona no muy clara». «Cuando acabe la investigación tendremos un perfil más acertado», prosiguió. Sobre el calado de la noticia afirmó que «pese a la levedad de los incidentes, esto nos pone en guardia para seguir protegiendo la reliquia como hasta ahora hemos hecho».

Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana que realizó la romería el pasado 27 de abril, expresó su más rotunda condena a la agresión a uno de los elementos más queridos del patrimonio de todos los alicantinos y confía en que fructifiquen con rapidez las investigaciones policiales.

El Obispado comunicó a los patronos de la Santa Faz: el cabildo de la Concatedral de San Nicolás y el Ayuntamiento de Alicante y difundió los hechos «para que el pueblo de Alicante conozca de primera mano lo sucedido».