Diez años estuvo luchando Juan Oliver por salvar la vida de su hijo hasta que finalmente el cáncer ganó la batalla. Pero de aquella lucha titánica se beneficiarán a partir de ahora todos los niños ingresados en el Hospital General de Alicante, para quienes la estancia hospitalaria será a partir de ahora menos pesada.

Y es que esta semana se inaugura en una de las terrazas del centro sanitario un parque infantil con juegos y zonas de relax, que servirá de respiro para los menores ingresados y sus familias. Este espacio ha sido bautizado con el nombre de «Parque Juanín» y el dinero para su construcción, casi 71.000, ha sido donado por la fundación que Juan Oliver creó, y que lleva su nombre y el de su hijo, para recaudar fondos y costear los tratamientos en el extranjero.

El chico, que estuvo enfermo desde los once años hasta que falleció con 24, padecía una neurofibromatosis y su familia buscó sin aliento un tratamiento que le salvara la vida. La fundación recaudó una importante suma de dinero gracias a las aportaciones de muchos colaboradores y a la organización de un festival taurino benéfico que trajo a la ciudad a las principales figuras del toreo. Un dinero que sirvió para recorrer los hospitales de referencia en oncología de ciudades como Houston, Hannover o Pamplona. «Finalmente nos dijeron que el mejor tratamiento que había era el que le estaban dando en el Hospital General y ya nos quedamos aquí».

Ahora Oliver puede ver materializados tantos años de esfuerzo y lucha. El viernes recorría emocionado el parque ya terminado y que es el primero de este tipo que se inaugura en un hospital de la Comunidad. «Hemos pasado muy malos momentos con la enfermedad de Juan y ahora es una satisfacción enorme saber que vamos a poder ayudar a otros niños», señala Oliver, quien estuvo trabajando años en el servicio de mantenimiento del centro sanitario. Sólo quien ha pasado por una enfermedad de este tipo, añade, «sabe lo que es estar largas temporadas en el hospital, metido entre cuatro paredes».

En el acto de inauguración del martes se colocará una placa en la que se podrá leer la frase «Quiero ser como vosotros para ayudar a alguien como yo», con la que Juan agradecía cualquier gesto de ayuda hacia su enfermedad. En el parque que ahora lleva su nombre, ubicado en la terraza de la quinta planta del Hospital General, se ha querido recrear el mar. El suelo es de goma con distintos tonos azules simbolizando el río de la vida. Hay varios juegos infantiles con formas de peces, tablas de surf o puentes. Y lo más llamativo, un enorme submarino amarillo visible desde la Gran Vía. «En la terraza había un cuarto de climatización que no se podía mover y quedaba bastante antiestético. Como tenía forma oval se nos ocurrió pintarlo y darle forma de submarino», señala Antonio de Pedro, jefe de Ingeniería del Hospital General. El parque también tiene bancos de madera para los padres, zonas de relax para los chicos y un sinfín de detalles, muchos de ellos puestos de manera altruista. «La canasta de baloncesto la hemos pagado los ingenieros. Para poder tener una portería de fútbol hicimos una colecta por el hospital. La empresa que colocó el suelo pintó gratis un juego de rayuela y el herrero que construyó la valla de seguridad hizo gratuitamente un huerto urbano», explica De Pedro.

Ver materializada esta ayuda económica no ha sido una tarea sencilla, debido a la rígida normativa que regula este tipo de donaciones. De hecho, Juan Oliver falleció en 2002 y el parque se inaugurará la semana que viene, 15 años después. «La fundación hubo que extinguirla judicialmente y la sentencia tardó años», explican Ángel Villarón y Pedro Fajardo, secretario y vicepresidente de la entidad. Después comenzó una batalla para que el dinero pudiera ser destinado al fin concreto que la familia quería. «Al disolver la fundación el dinero pasaba directamente a la Conselleria de Sanidad, y en un principio nos dijeron que emplearían el dinero en lo que ellos consideraran, sin especificar en qué». Pero el padre y los amigos del chico estaban empeñados en que los fondos fueran para el Hospital General, y en concreto para área de Oncología Pediátrica.De esta manera continuó una larga batalla de al menos cinco años, apoyada por la gerencia del centro sanitario, para que el dinero se quedara en el Hospital General como finalmente así ha sido.