La progresiva salinización de los acuíferos del Alto y Medio Vinalopó amenazan con dejar sin abastecimiento de agua potable a una población cercana a 350.000 personas que residen en estas comarcas y la Foia de Castalla, debido a que no tienen otra fuente de suministro por la falta de canalizaciones. La situación más grave la padecen los 200.000 vecinos de los municipios en el entorno de Elda, que captan el caudal dulce del acuífero de Serral-Salinas, donde el agua se extrae a 400 metros de profundidad y el nivel desciende a razón de un metro al mes, por lo cual, según el catedrático Antonio Gil Olcina, en diez años el agua estará completamente salinizada y no servirá para el consumo urbano. El problema es que la solución elegida por el Consell y el Gobierno para desbloquear el trasvase Júcar-Vinalopó, la captación de 15 hm3 en el embalse de Alarcón, «margina a 350.000 personas, porque no hay infraestructura para elevar el agua, no tiene cobertura legal y además supone pagar tres peajes, lo que dispara los precios». El trasvase de socorro desde el Júcar a la provincia finaliza en septiembre y, según Gil Olcina, los agricultores y los usuarios necesitan una solución de continuidad y el agua que vale para todo está en Cortes de Pallás. F. J. B.