Al alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, no le preocupa en exceso tener que gobernar con sólo seis concejales si finalmente sus dos socios de gobierno -Compromís y Guanyar- cumplen con lo anunciado y abandonan el tripartito, aunque prefiere que los nacionalistas se replanteen su decisión. «Si tenemos que gobernar con seis concejales, lo haremos. Ya estamos concienciados de la labor ardua, de que tendremos el triple de trabajo. Nosotros vamos a continuar porque tenemos una responsabilidad de cuatro años para cambiar esta ciudad y para intentar mejorar la vida de la gente», aseguró ayer Echávarri tras la celebración de los actos del patrón de la Policía Nacional, donde acudió junto a los otros cinco ediles del PSOE.

Mientras el alcalde estaba en el Castillo de Santa Bárbara, Guanyar envió un comunicado en el que se sumaba a Compromís y anunciaba que rompería el pacto de gobierno si Echávarri decide seguir al frente de la Alcaldía, tal y como ha manifestado desde que la pasada semana una juez le citara a declarar ese viernes en calidad de investigado por el presunto fraccionamiento de contratos.

Por la tarde, los socialistas alicantinos se vieron las caras en su sede de Pintor Gisbert en una convocatoria extraordinaria de la Ejecutiva local, que sirvió para cerrar filas con el alcalde y para tender la mano a uno de sus dos socios de gobierno -Compromís-, ya que de Guanyar nada se dijo en el comunicado enviado tras el encuentro. El PSOE de Alicante, con Echávarri al frente como secretario general, «lamentó profundamente la decisión de Compromís de abandonar el gobierno municipal», a la vez que señalaron que «esperan» que la formación liderada por Natxo Bellido «reconsidere su decisión y decida anteponer los intereses de la ciudad de Alicante y de sus habitantes, en un ejercicio de responsabilidad exigible como representantes de la ciudad que son». Es decir, los socialistas alicantinos piden a Compromís que dé marcha atrás en su decisión de dejar el gobierno local, ya que Echávarri no tiene a día de hoy ninguna intención de dimitir.

En esa línea, el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, tomó ayer personalmente las riendas de la crisis política de Alicante. Preocupado por la imagen de descontrol en el consistorio alicantino, el jefe del Consell, al término de un acto que protagonizó en la ciudad de València, abordó a Àgueda Mico, máxima dirigente política de la ejecutiva de Compromís y también del Bloc, para poner encima de la mesa una solución a la batalla política que se vive en el Consistorio alicantino. El número uno socialista propone renegociar el pacto de gobierno en Alicante para intentar salvar la imagen del gobierno municipal de cara a la segunda mitad del mandato.

Ximo Puig sabía a la persona que se dirigía. Àgueda Micó es la «jefa» del partido del que procede Natxo Bellido, portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Alicante, y además es una persona que tiene absoluta sintonía con la vicepresidenta de la Generalitat y líder de la formación, Mónica Oltra. Ambos dialogaron durante unos minutos para intentar encauzar la apertura de conversaciones sobre la situación de Alicante, donde la Ejecutiva local de Compromís ha lanzado un ultimátum amenazando con la ruptura del acuerdo municipal en el supuesto de que Gabriel Echávarri se mantenga en la Alcaldía después de su imputación por el supuesto fraccionamiento de contratos en la Concejalía de Comercio mientras él era el máximo responsable.

Al jefe del Consell le interesa, especialmente, que las relaciones con Compromís se mantengan con la mayor estabilidad posible. De esa sintonía dependen, con dirigentes de un signo u otro al frente, un centenar de alcaldías, las cuatro ciudades más importantes de la Comunidad [València, Alicante, Elche y Castellón] y el propio Consell. Así que Puig, efectivamente, intentó ayer recuperar esa vía de interlocución. A sabiendas de que el escenario es muy complicado, la posición del presidente de la Generalitat pasa por negociar una «hoja de ruta» con compromisos concretos de gestión y plazos de actuación algo que, según las fuentes consultadas, el secretario general del PSPV ya quería poner sobre el tapete, incluso, antes de la imputación judicial.

¿Con Echávarri al frente de la nave? Esa es la gran cuestión. En la dirección del PSPV no ven la posibilidad, a día de hoy, de promover un cambio de alcalde. Al menos de momento. «No hay votos ni tampoco un candidato alternativo para cambiar a Gabriel Echávarri», apuntaron estas fuentes para constatar que la Alcaldía, posiblemente, en el caso de la marcha del primer edil podría acabar en manos del PP. Pero, en cualquier caso, también admiten que es imposible continuar en estas condiciones de inestabilidad. «Podríamos perder la Alcaldía pero lo más grave es que acabemos perdiendo cualquier crédito que nos pueda quedar», señaló un dirigente socialista conocedor de los contactos entre Puig y Compromís.