El revuelo que causó en su momento el debate de la apertura del gran comercio durante los domingos en los que la Volvo Ocean Race estuviera presente en Alicante ofreció resultados ayer. La avenida Maisonnavepasó una mañana muy poco transitada y los comerciantes consultados explicaron estar registrando un número de ventas considerablemente bajo. Al mismo tiempo, una larga cola se producía a las puertas del Village, donde un gran grupo de visitantes esperaba su turno para acceder al espacio en el que la competición deportiva mundial pasa sus días antes del pistoletazo de salida.

Poco después de la una del mediodía y la avenida Maisonnave parecía no haber despertado aún. El número de personas que caminaban por las aceras era muy reducido y el interior de los comercios apenas tenía tránsito. «No ha venido casi nadie. Hemos abierto hace una hora y media y llevamos cero euros de caja», explicaba Paula, dependienta de uno de los establecimientos de venta de textil. «No entiendo por qué tenemos que estar aquí un domingo», añadía la dependienta.

Laura, responsable de otro de los comercios de la avenida que también vende ropa y calzado, lamentaba el trabajo que le había llevado reducir horas y cuadrar turnos entre semana para dar cobertura al domingo con un equipo de fin de semana: «Hoy por la tienda hay el mismo goteo de siempre en día de domingo: gente que viene a pasear y no a comprar. Además, es final de puente, la gente está cansada y no les queda dinero. No merece la pena abrir».

Para los que abren todos los domingos tampoco ha sido una buena noticia. Estefanía, dependienta, incidía en que la mañana de su establecimiento estaba «muy tranquila» mientras explicaba que ayer su negocio tenía que repartirse a los clientes con el resto de tiendas que normalmente no tienen permiso de apertura y ayer sí pudieron abrir. «Ha venido muy poca gente. No hemos notado más afluencia por estar funcionando la Volvo», destacó Esther, trabajadora de otro local de Maisonnave.

No todos decidieron tratar de hacer caja el domingo. Casi un tercio del total de establecimientos de la avenida permaneció cerrado, mientras que los que sí que abrieron rozaban la treintena.

El único despunte en cuanto a afluencia en la zona se lo llevó el Alicante Market Center, un mercado de oportunidades plantado en la avenida Federico Soto.

La cara opuesta a esta situación se podía ver con tan solo asomarse a la zona del Puerto de Alicante. Allí, cientos de personas tuvieron que esperar pacientemente su turno en las inmediaciones del Village, la zona habilitada para las actividades de la Volvo Ocean Race, con el objetivo de acceder al recinto. En varias ocasiones la fila se adentraba de forma llamativa varios metros en dirección al centro por el Muelle de Levante.

Gran afluencia

El recinto de la carrera no tuvo tiempo para descansar de la masiva visita que había albergado la noche anterior. Ayer el espigón estuvo abarrotado durante toda la mañana, con presencia de familias aprovechando el día de domingo para participar en los talleres infantiles y la zona de juegos, asistiendo a las distintas exhibiciones del programa de actos o acercándose a ver las siete embarcaciones que zarparán en dirección a Lisboa el próximo domingo.

En la jornada del sábado, según los datos ofrecidos por Alicante Puerto de Salida, fueron 63.986 personas quienes accedieron al Race Village. Además, otras 10.000 se colocaron sobre el Paseo Volado para ver la regata y alrededor de 300 embarcaciones siguieron la carrera desde el mar, tal y como recoge el recuento de la organización. El pasado 12 de octubre, día de la Hispanidad, 42.000 personas pasaron por las instalaciones.

El fin de semana que viene es cuando se espera la máxima afluencia de público y de medios de comunicación nacionales e internacionales. Será un domingo más en el que el punto de mira principal estará puesto en el arranque de la vuelta al mundo a vela, mientras que otro no se podrá quitar del funcionamiento de la zona de compras que fue protagonista durante agosto y septiembre por la polémica sobre si llegaría a poder abrirse al público o no.

El debate estaba sobre la mesa desde que la Conselleria de Economía publicara a finales de agosto en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) que certificaba el cierre del gran comercio en la ciudad de Alicante en domingos y festivos a partir del 15 de septiembre de 2017. En ese momento, distintas entidades, asociaciones y sindicatos se posicionaron tanto a favor como en contra, hasta que finalmente el Ayuntamiento realizó una petición oficial que acabó con el buen visto de la Dirección General de Comercio, que declaró Alicante como Zona de Afluencia Turística para permitir abrir los establecimientos los domingos 15 y 22 de este mes.