Jóvenes que bajan hasta la vía del tren Alicante-Murcia a su paso por San Gabriel para acortar camino cuando se dirigen a los centros escolares del barrio de Babel pese a que a las 6.45 de la mañana, hora a la que han sido vistos, es noche cerrada; y pandillas que se reúnen en esa misma zona por las tardes para practicar un peligroso juego: cruzar en ocasiones cuando está llegando el convoy. El tramo del tren de cercanías que discurre frente a los edificios de la urbanización Villateresa Sur 3, que está sin vallar, preocupa, y mucho, a los vecinos.

«Cruzan por una auténtica boca de lobo, sin luz alguna, por las vías del tren. Y en ese mismo puente se juntan muchos por la tarde», explicó un testigo a este diario. Otros vecinos añadieron que algunos jóvenes provocaron que un tren se detuviera al hacer ademán de cruzar por delante.

Estas peligrosas acciones causan alarma social. «Cuando empiezan con las competiciones, sobre todo si van bebidos, luego vienen los disgustos», señala Javier Mínguez, un vecino testigo de que por las mañanas hay jóvenes caminando por las vías. «Los he visto desde el coche cruzar para ir al instituto Mare Nostrum. Se pueden buscar un problema».

«Se ha puesto de moda saltar cuando llega el tren y subir la imagen a las redes sociales. También colocan monedas sobre los raíles cuando va a pasar el tren, porque las curva y se hacen llaveros con ellas», añade Mínguez. Otro vecino que pasea a su perro por los alrededores, Óscar Blanes, ha visto pandillas en las vías del tren Alicante-Murcia, sobre todo pintando grafitis en el puente de la autovía. «Estar ahí es peligroso teniendo en cuenta que pasan los trenes. Y si van bebidos ...». Afirma que en esa zona hay muchos restos de cristales y botellas de alcohol.

Las edificaciones de Villateresa Sur 3 son periféricas, de ahí que pase junto a ellas la vía del tren una vez que ha abandonado la fachada marítima y penetrado en el territorio. Es un tramo que discurre bajo la autovía y la parte alta del cauce del Barranco de las Ovejas, alejado del centro urbano de San Gabriel pero a la vez próximo a centros escolares y al área de expansión. De ahí que muchos jóvenes conozcan esa zona, y que vecinos de construcciones de las calles Doce Puentes o Muro, entre otras, hayan sido testigos de su comportamiento.

«Si sólo pintan grafitis no pasa nada, pero si se meten en zona roja y se ponen a saltar delante del tren en plan subida de adrenalina, está mal. El tren puede dar un frenazo y sufrir heridas los pasajeros, o pueden poner nervioso al conductor», comentó otro vecino, Toni Badía, quien recordó que a menudo se celebran fiestas en lugares cercanos a las autovías y que jóvenes que se han desorientado han provocado accidentes.

El presidente de la asociación de vecinos de San Gabriel, Francisco Hernández Mazón, es conocedor de la presencia de jóvenes en las vías, «va por temporadas, y algunos son del barrio y otros no. Cuando me ven no hacen nada pero cuando me doy la vuelta...». El representante vecinal se queja de la falta de patrullas, «la Policía viene poco por San Gabriel, sólo a echar una mano a la entrada y a la salida de los colegios». Por ello, reclama más vigilancia policial.