Los alicantinos reciclan 145 toneladas de medicamentos al año en los puntos Sigre
Ocho de cada diez hogares ya colabora en la recogida selectiva de fármacos caducados o que le hayan sobrado en el tratamiento
El aumento de la concienciación ciudadana en materia de reciclaje también alcanza a los medicamentos. Cada vez son más los ciudadanos que depositan los fármacos caducados o sobrantes a la conclusión de un tratamiento, así como sus envases vacíos, en los diferentes puntos Sigre instalados en casi 800 farmacias de la provincia. Sólo el pasado año, los alicantinos reciclaron un total de 145 toneladas de medicamentos en los 795 puntos habilitados a tal efecto en las boticas, una cantidad que supone un incremento cercano al 3% en el global del último lustro.
Los puntos Sigre han cumplido recientemente 15 años en las farmacias de la Comunidad Valenciana -a día de hoy hay 1.208 en Valencia, 795 en Alicante y 291 en Castellón-, donde la colaboración ciudadana tiene un peso destacado en el conjunto nacional. Según los datos de la empresa gestora del servicio, el 85% de los hogares de la Comunidad utilizan estos «contenderos» especiales de recogida selectiva de residuos para depositar los envases vacíos o con restos de medicamentos, bien sea por estar caducados o por dejar de ser preceptivos para los pacientes.
En palabras de Juan Carlos Mampaso, Director General de Sigre, la utilización de estos puntos habilitados para el reciclado de medicamentos «ha calado de manera notable en Alicante y la Comunidad Valenciana, lo que supone un importante logro colectivo en materia medioambiental y de sostenibilidad».
Según los estudios de Sigre, el 93% de los alicantinos ha tomado conciencia en estos últimos 15 años de que desprenderse de forma inadecuada de estos residuos puede ser perjudicial para la naturaleza. Desde la puesta en marcha de los Puntos Sigre en las farmacias de la provincia, se ha conseguido que en el 87% de los hogares se haga una revisión periódica de los medicamentos que se guardan en el botiquín de casa. Esta costumbre cobra una especial importancia, ya que, según los datos obtenidos en los estudios de opinión realizados por Sigre, en el 91% de las ocasiones en que se revisa el botiquín doméstico, se encuentra y se retira un medicamento que está caducado.
Valoración energética
Una vez depositados en los puntos habilitados en las farmacias, los residuos se llevan a una planta de selección y clasificación en la que se identifican los medicamentos catalogados como peligrosos, principalmente los usados contra el cáncer, que se entregan a gestores de residuos peligrosos para su eliminación.
A continuación, se separan los envases vacíos y los envases de los medicamentos no peligrosos, que se valorizan energéticamente; es decir, se utilizan como combustible para producir energía eléctrica o en procesos industriales, lo que minimiza el impacto ambiental que causan los fármacos.
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