Circular en bicicleta por las ciudades de la provincia se está convirtiendo en una trampa. Así lo atestigua el número de accidentes en los que hubo ciclistas implicados a lo largo del último año en casco urbano, que prácticamente se igualan ya a los de carretera, de acuerdo al balance de siniestralidad elaborado por la Dirección Provincial de Tráfico. Según este informe, a lo largo de 2017 se produjeron 127 accidentes de bicicletas con víctimas en las distintas ciudades de la provincia, con 117 heridos leves y 18 hospitalizados. En las vías interurbanas fueron 147 siniestros con víctimas los que se registraron, es decir, solo 20 más. Eso sí, en carretera la gravedad de los accidentes es mayor: los datos de Tráfico de Alicante revelan cuatro víctimas mortales, 17 hospitalizados y 139 heridos leves.

En el balance provisional, la Dirección Provincial de Tráfico muestra su preocupación por este dato, y por otro significativo. De un panorama de mínimos en accidentes de ciclistas en carretera en el año 2009, con 42 siniestros, hemos pasado a 147, lo que supone un incremento del 130%.

Lo que está claro es que la bicicleta es cada vez más utilizada, con 121 clubes federados en la provincia de Alicante, y miles de personas que hacen uso de la bici no sólo para salir los fines de semana por las carreteras sino los días laborables para desplazarse al trabajo, al instituto o a la Universidad.

Pero, ¿están preparadas las ciudades para la convivencia entre el frágil vehículo de dos ruedas y los coches? Los colectivos ciclistas afirman que no, y los conductores que tampoco. Los primeros afirman que no suelen ser respetados por los coches, «vehículos de una tonelada de hierro que a 40 ó 50 kilómetros por hora pueden matar a gente», de ahí que reclamen a los ayuntamientos más medidas para calmar el tráfico ante la falta de sendas ciclistas completas. Y según una encuesta realizada por una empresa de alquiler de coches, casi la mitad de los conductores confiesan sentirse inseguros al volante cuando se encuentran con un usuario en bici. Eduardo Cruz, que lleva 22 años conduciendo, señala que los ciclistas le ponen nervioso como si fuera novato y considera que el esfuerzo por introducir el carril bici en Alicante sólo ha conseguido una ciudad «más caótica».

¿Qué se puede hacer para una convivencia más armoniosa? La plataforma ConBici, que engloba a las distintas agrupaciones ciclistas que existen en el país, y la asociación Stop Accidentes, de ayuda y orientación a los afectados por accidentes de tráfico, están llevando a cabo una campaña para reformar el Código Penal «pues actualmente se están despenalizando las infracciones leves que llegan a causar consecuencias graves como la muerte de las personas más vulnerables en materia de seguridad vial». Alacant en Bici, Eche en Bici y Villena en Bici, dedicadas a la promoción del uso de la bicicleta en actividades deportivas, turísticas, formativas y de movilidad, entre otras entidades de la provincia, han enviado a sus respectivos ayuntamientos cartas dirigidas a los alcaldes instándoles a tomar acuerdos plenarios en favor de la seguridad vial y que éstos sean enviados al Congreso de los Diputados. Lo mismo están haciendo otras 60 asociaciones en defensa de los ciclistas que forman parte de la Coordinadora en Defensa de la Bicicleta (ConBici), de carácter estatal.

En la carta también reclaman a los ayuntamientos que se adopten más medidas para calmar el tráfico. En el caso de la ciudad de Alicante, firma el escrito dirigido al alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, el presidente de Alacant en Bici, Pedro García Raigal, quien solicita a la Concejalía de Seguridad más medidas para reducir la velocidad, control a vehículos y conductores, e infraestructuras seguras «que hagan de Alicante un lugar mucho más amable a conductores, ciclistas y peatones en sus desplazamientos». De paso, criticaron el presupuesto cero en Alicante para infraestructuras ciclistas en 2017, el deterioro de la red de itinerarios a excepción del nuevo carril de la avenida de Elche, y las carencias sobre aparcabicis.

«No existen las infraestructuras necesarias, no están preparadas las carreteras ni la normativa en general. Tienes que pelearte con el tráfico en vías como la avenida de Dénia. Se habla de la bici como medio de transporte pero si quieres ir a Elche, a San Vicente, a Sant Joan o Mutxamel, sólo hay trocitos de carril-bici. No hay itinerarios ciclistas que conecten las poblaciones y sin embargo cada vez más gente utiliza la bicicleta para ir al trabajo».

Con esta campaña, el colectivo demanda un cambio en las políticas de seguridad vial después de tres años consecutivos aumentando los ciclistas fallecidos en siniestros.

«Ha habido una relajación en las políticas de seguridad vial, agravadas por recortes en los medios humanos de la Guardia Civil y la reducción en la inversión en seguridad en las infraestructuras. Es preciso volver a la senda de reducción de víctimas de siniestros viales, sobre todo entre los colectivos vulnerables. El año 2017 se cerró con once ciclistas más fallecidos en vías interurbanas que en 2016 y un aumento global de los fallecidos del 2,9%, dejando patente que la seguridad vial ha dejado de ser un asunto de estado en los últimos años», señalan en el informe enviado a los ayuntamientos. Por ello reclaman la reforma de la Ley de Seguridad Vial, del Reglamento de Circulación, y del Reglamento de vehículos y de Conductores para adecuarlos a una nueva realidad donde se prime la seguridad de todos, sobre todo tras los casos de ciclistas fallecidos en accidentes provocados por conductores que habían consumido alcohol o drogas.

Los colectivos ciclistas critican que la despenalización de las imprudencias leves en el Código Penal que se hizo en 2015 implica que, en el 90% de los siniestros, quien comete una infracción causando un herido grave o fallecido «no tenga el más mínimo reproche penal». Hasta esa fecha, las reclamaciones iban por la vía penal y desde entonces por la civil.

El Real Automóvil Club de España (RACE) recomienda a los ciclistas respetar las normas de circulación y aconseja «encarecidamente» usar el casco también en ciudad, donde sólo es obligatorio para menores de 16 años. Así como tener la bicicleta en buen estado, señalizar los movimientos, hacerse ver por la noche a los conductores con elementos reflectantes y de iluminación, y evitar beber alcohol.