Están en el escalón más bajo de la pobreza. Un total de 195 personas duermen en las calles de Alicante, según ha detectado la Red de Entidades para la Atención a Personas sin Hogar. Se trata del estudio más exhaustivo que se ha hecho hasta el momento sobre la situación de las personas sin techo en la ciudad y a juicio de sus responsables arroja cifras muy preocupantes, como que el 20% lleva más de cinco años viviendo en la calle o que el 42% asegura haber sufrido agresiones.

«Cuanto más tiempo pasa una persona en la calle, más difícil es que pueda salir de esta situación. Si pasan más de seis meses sin hogar, lo más normal es que tarden tres años en abandonar la calle y si pasan más de 5 años, serán 15. Cuanto más tiempo pasa, más se pierden las redes sociales y más difícil es recuperar el proyecto de vida», explica Fidel Romero, miembro de la red de entidades.

El informe se ha hecho dentro de la campaña Homeless Meet Up, que forma parte de un movimiento europeo dirigido a erradicar el fenómeno de las personas sin hogar en 2020. Durante tres días de campaña, 182 voluntarios recorrieron 33 barrios de la ciudad, localizando a las personas que duermen en la calle y manteniendo entrevistas con ellas.

La edad media de las personas sin hogar en la ciudad de Alicante es de 47 años y el 91% son hombres. En cuanto al origen, destaca que un 30% de los sin techo son alicantinos, otro tercio españoles y el 40% restante extranjeros. Además, según destaca Fidel Romero, la cifra de personas que pernoctan en las calles de Alicante son ligeramente superiores a las de otras ciudades de mayor tamaño, como Valencia, teniendo en cuenta la proporción de personas en la calle respecto a la población total.

La calle también aboca a un deterioro en el estado de salud. Desde la Red de Entidades para la Atención a Personas sin Hogar de Alicante destacan que la esperanza de vida de quienes carecen de hogar es de 53 años, frente a los 83 de media general. Más de la mitad de los afectados padecen problemas de salud físicos y el 26% de presenta un nivel de vulnerabilidad muy alto, que requeriría de una intervención prioritaria.

Con los datos sobre la mesa, los organizadores de esta campaña piden a las instituciones que se refuercen los programas de prevención «para detectar cuanto antes los casos de una primera experiencia en la calle e intervenir cuanto antes». También que se aumenten los recursos de los servicios sociales y que se dé cobertura a las necesidades específicas de las personas que tienen alguna discapacidad o problema mental.

Fidel Romero también pide que se dé un giro a los recursos que tradicionalmente se han utilizado para atender a estas personas, «porque a veces pretendemos que sea la persona la que se adapte al recurso». En este sentido, Romero cree que muchos de los servicios existentes, como el albergue, «son muy exigentes con la convivencia que se requiere. Pueden ser válidos para personas que tienen cierta habilidad para la convivencia o ciertas capacidades, pero no para quienes las han ido perdiendo. Para ellos pueden ser centros muy estresantes».

En esta línea, la ciudad de Alicante ha puesto en marcha, en los dos últimos años once pisos unipersonales dentro del programa «Housing First», gestionados por la Red de Entidades, y dirigidos a personas sin hogar que cuentan con apoyo social «para garantizar el mantenimiento de esta vivienda».

Precisamente el de las viviendas sociales es otro de los puntos a mejorar en la ciudad de Alicante.

«El número de viviendas sociales es muy pequeño con relación a otras ciudades españolas y europeas», explica Fidel Romero, quien lamenta que «mucha gente se está quedando en la cuneta» a la hora de acceder a una vivienda digna. El informe presentado ayer muestra, en este sentido, «las situaciones más sangrantes de la ciudad, pero detrás hay otras situaciones de viviendas precarias o desahucios».

En la presentación de los datos estuvo la edil de Acción Social, Sofía Morales, quien señaló que la cantidad de personas que duermen en la calle y sus condiciones «son peores de lo que pensábamos». Morales asegura que su departamento debe apostar por la innovación y «por dedicar el dinero necesario y exigir el personal necesario». También «por hacer un seguimiento continuo para comprobar que se reduzcan estas cifras». Su antecesora en el cargo, la edil de Guanyar Julia Angulo, tacha estos datos de «alarmantes» y recuerda que una de las exigencias de su grupo para la aprobación de los presupuestos fue que se mantuvieran las partidas presupuestarias para este colectivo.