El socialista Gabriel Echávarri, alcalde saliente de Alicante, anunció ayer en València, en la sede del PSPV, su dimisión en diferido. Ya ha delegado sus competencias en su «número dos», Eva Montesinos, y firmará su dimisión con fecha del lunes 9 de abril. En su intervención en Blanqueries, Echávarri reconoció ayer que aferrarse a la Alcaldía de Alicante se había convertido en un problema para su partido. «La situación judicial es la que es, y ya ha trascendido a la propia ciudad de Alicante, mi persona estaba dificultando el buen funcionamiento del PSPV. Siempre he dicho que no voy a ser un obstáculo, lo dije desde el primer momento. Yo era una excusa para que el resto de fuerzas políticas atacaran a Puig y al PSOE», señaló Echávarri en presencia del vicesecretario general de los socialistas valencianos, Manuel Mata, en una comparecencia en la que volvió a insistir en restar trascendencia a los dos procesos judiciales que lo tienen al borde del banquillo de los acusados por el presunto fraccionamiento de contratos y por el despido de una trabajadora municipal, que a su vez es cuñada del portavoz del PP, Luis Barcala: «Todo el mundo sabe que no es un asunto de corrupción, pero hay un problema político. Y a los problemas políticos hay que darles soluciones políticas».

Echávarri subrayó ayer que no quería ser «un problema, sino parte de la solución». Con ese objetivo, el todavía alcalde de Alicante manifestó su deseo de que su salida del gobierno municipal permita negociar la investidura de su «número dos», Eva Montesinos, como próxima alcaldesa de Alicante. «Llamo a la responsabilidad de los que fueron socios de gobierno [Guanyar y Compromís], a los no adscritos [Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre] y a Ciudadanos para que el PP no vuelva a gobernar en la ciudad de Alicante». Si Montesinos, o cualquier otro candidato, no logra sumar 15 apoyos en el futuro pleno de investidura, el aspirante popular, todo apunta a Luis Barcala, sería el alcalde por liderar la fuerza política con más votos en las últimas elecciones municipales, las de mayo de 2015.

En su intervención, Echávarri se guardó una bala contra sus exsocios de gobierno, a los que acusó de falta de lealtad en este tramo final: «Pidieron mi dimisión con la primera citación judicial, sin dejar que me explicara [ante la juez]. Yo, siendo alcalde, defendí una condena a una compañera [en alusión de Marisol Moreno, de Guanyar] por injurias al Rey. La lealtad sólo ha sido unilateral, pero ya no hay rencores. Me voy con el orgullo de ser socialista y de reafirmar nuestros valores». En sus palabras iniciales y en sus posteriores respuestas a preguntas de los medios convocados en la sede del PSPV, Echávarri no se mostró crítico ante las presiones de su formación política. «Si no estuviera satisfecho [con el PSPV], hoy [por ayer] habría venido a darme de baja. Ximo Puig es mi amigo y estoy orgulloso del apoyo personal, privado y público, que he tenido», añadió el dirigente socialista, que hoy dejará de ser el líder local de los socialistas tras la asamblea que se celebrará en las instalaciones de la Universidad.

Tal y como hizo el pasado miércoles en Alicante tras conocerse su segundo procesamiento judicial, Echávarri también apeló ayer a su situación personal en los últimos meses. «Es inhumano lo que he estado viviendo, afecta a un nivel personal. Todo el mundo estaba en una situación de confort y todos los disparos iban contra mi persona», explicó Echávarri, quien informó que dimitirá como alcalde y entregará su acta de concejal: «Me voy a mi despacho de abogados».