Miguel Millana, a punto de cumplir 66 años y que fue conseller hace tres décadas y media con Joan Lerma, se convirtió anoche en el sustituto de Gabriel Echávarri al frente de la secretaría general del PSPV-PSOE en Alicante después de imponerse de forma clara y rotunda con casi el 80% de los votos -336 papeletas frente a sólo 84- a José Miguel González Moreno, el candidato impulsado por los «sanchistas». Los críticos, muy divididos internamente entre los que apostaban por mantenerse como oposición y los que se decantaban por arrimar el hombro en un momento delicado para el socialismo alicantino, llegaron a rechazar una oferta de integración que les daba el 30% del total de la nueva dirección y cuatro puestos en el núcleo duro. Hubo negociaciones hasta el último minuto entre José Asensi por el «sanchismo» y Ángel Franco, que se intercambiaron sin éxito propuestas por escrito durante toda la jornada.

El resultado deja a la oposición interna de la agrupación socialista en un escenario muy precario. Con uno de los porcentajes más bajos de apoyo y con Franco demostrando, dos décadas después, una capacidad de movilización imbatible. La nueva dirección, nuevamente muy amplia con un total de 54 miembros, vuelve a estar controlada por el exsenador en sus puestos clave. Al propio Millana, como se recordará, lo apadrinó Franco para formar parte de la actual ejecutiva de Ximo Puig. Pero, además, los afines al veterano dirigente socialista controlan de nuevo la importante vicesecretaría de Organización que pasa a ocupar Pedro Ródenas, miembro de la ejecutiva federal de Juventudes Socialistas. Y además el edil Carlos Giménez se hace cargo de otra vicesecretaría que coordinará la acción del partido con las instituciones. En el listado de la ejecutiva, lleno de colaboradores habituales del exsenador, aparece también su mujer, Fini Nicolás, asesora municipal y pieza clave en la movilización de su grupo de militantes.

Junto al mencionado Carlos Giménez, aparecen en el listado de la dirección que tendrá que afrontar de inmediato una de las crisis más graves de la historia del socialismo alicantino, todos los regidores del grupo municipal. Gloria Vara y Fernando Marcos se harán cargo de otras dos vicesecretarías dedicadas a la política sectorial de departamentos muy vinculados a su acción en el Ayuntamiento de Alicante. Miguel Castelló, nuevo concejal en cuanto se consume la dimisión de Gabriel Echávarri, también ocupa una secretaría de una dirección que, además, avala la candidatura de Eva Montesinos como aspirante a la Alcaldía de Alicante en la negociación que se va a iniciar de inmediato: es la única vicesecretaria general. Los socialistas, por tanto, ratifican la opción de la vicealcaldesa para intentar retener ahora el gobierno municipal. Una ejecutiva con todos los concejales... menos una. No aparece en el listado Sofia Morales, a la que se atribuye una posición crítica con Gabriel Echávarri y relación distante con sus compañeros cuando, por contra, es conocida su cercanía con ediles de Guanyar y Compromís. Una exclusión de Sofia Morales -siguió la parte final de la asamblea desde una de las últimas filas- que, desde luego, genera una nueva distorsión y tensiones dentro del grupo municipal para la recta final del actual mandato.

Millana: «No querían integrarse»

El nuevo secretario socialista, Miguel Millana, lamentó que la candidatura adversaria del «sanchismo» rechazara la integración. «Buscábamos un apoyo mayoritario para tener una voz propia en el partido, tenemos retos muy importantes. He estado varios días intentando lograr la integración, pero parece ser que no querían, la oferta que hemos hecho ha sido muy generosa», señaló Millana tras conocerse los resultados, que achacó, en parte, al apoyo de militantes que inicialmente apoyaban a los críticos: «Ha habido gente de la otra opción que me ha votado, porque si no no logras un 80% de los apoyos».

Miguel Millana, que se descarta para alcaldable y que se desvinculó de Ángel Franco, apela a trabajar para «recuperar la confianza de la gente» de cara a las próximas elecciones. «Vamos a trabajar con criterio propio para recuperar la confianza de la gente. Eso no depende de una persona ni de dos. Hace falta superar la división, y creo que hoy [por ayer] se ha dado un paso importante. Me niego a pensar que las personas que han votado están teledirigidas, eso no es realista», concluyó.