Pocos peregrinos tuvieron ayer la oportunidad de ver a las monjas Clarisas que custodian la Santa Faz, que antes solían estar en la tienda de recuerdos el día de la Peregrina y se relacionaban con los feligreses. Ahora están en una etapa de mayor recogimiento. La nueva madre superiora nombrada directamente por el Vaticano, Sor Luisa María, a caballo entre el convento de Alicante, y los que la orden tiene en Murcia y Hellín (Albacete), estuvo en la ceremonia de apertura del sagrario, y entregó las llaves que ellas guardan al capellán, quien las introdujo en las cerraduras. Los fieles que abarrotaban el templo y los del exterior la pudieron ver a través de las pantallas, dado que el recinto es muy reducido y no se puede acceder. Pero no se escuchó lo que allí sucedía: la megafonía no funcionó.

Sor Isabel, delegada cuando la superiora se va a los otros conventos que dirige, también estuvo en la ceremonia y fue vista por las pantallas. Sólo unos pocos, los que estaban más cerca del altar, pudieron apreciar el momento en que el capellán, José Luis Casanova, introdujo la Reliquia por una reja para que las demás religiosas pudieran besarla. Quienes sí entraron a ver a las monjas fueron la alcaldesa en funciones, Eva Montesinos, y cuando ella salió, accedieron dirigentes del PP, con la presidenta regional Isabel Bonig al frente. El Ayuntamiento quiso dar un año más un donativo a las hermanas. Montesinos, junto al concejal síndico Carlos Giménez, entregó 3.000 euros.