El negocio del mar sigue creciendo en Alicante, que se posiciona como líder del cultivo de dorada en piscifactorías a nivel estatal. La provincia concentra buena parte de la producción de esta variedad de pescado en la Comunidad Valenciana, que ha aumentado la cosecha un 29% en el último año. Si en 2016 se produjeron 5.619 toneladas, los datos provisionales de 2017 indican que se han alcanzado las 7.258 toneladas. Esa cifra representa el 40% del total nacional. El éxito se debe en gran parte a que la bahía alicantina reúne unas condiciones ideales para el desarrollo de la acuicultura, y a las políticas de investigación y desarrollo impulsadas por empresas avaladas por años de experiencia.

Son seis municipios de la provincia los que mantienen granjas marinas ligadas a la acuicultura, que son El Campello, La Vila Joiosa, Altea, Calp, Pilar de la Horadada y Guardamar del Segura, siendo éste último el más potente al contar con tres instalaciones. Además existen otras empresas que operan en tierra firme y se dedican a la cría de alevines y a la fase de preengorde de los peces hasta que se llevan al mar. El tirón del sector ha motivado que la Generalitat haya recibido peticiones para instalar seis establecimientos adicionales a los ya existentes.

Según fuentes de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, en territorio alicantino se produjeron 10.254 toneladas de pescado criado en cautividad en el último año sobre el total de 14.950 toneladas de la Comunidad, siendo la dorada la que representa casi la mitad de la cosecha, seguida de variedades como lubina y corvina.

El director general de Cultivos Marinos de Guardamar (Culmar), Antonio Galvañ, una de las empresas de acuicultura radicadas en la Vega Baja, explica que una de las condiciones que hacen que Alicante se posicione como principal productor nacional es que la temperatura del agua idónea para la producción de dorada se cifra entre 18º y 24º, mientras que la media de la bahía de la provincia oscila entre mínimas de 11º y máximas de 28º, con lo que el ciclo de producción por temperatura de agua ocupa siete meses al año.

Destaca además que en esta zona las instalaciones no sufren en exceso con los temporales porque no existen fuertes vientos, a diferencia de la costa por encima del Cap de Sant Antoni o por debajo del Cabo de Gata. Además no se registran fuertes corrientes como ocurre en la costa andaluza, muy afectada por la influencia del Estrecho. Ayuda además disponer de abundantes instalaciones portuarias en la provincia.

Culmar SL produce 1.400 toneladas de dorada al año. Su director general indicó que en el año 2017 se empezó a diversificar la producción introduciendo 120 toneladas de lubina, una cifra que se prevé duplicar este año. Su producción total supone el 25% de la Comunidad Valenciana y el 10% de la producción nacional. Galvañ señaló asimismo que la acuicultura es un sector potencial de nicho de empleo relativamente cualificado y de I+D por la investigación necesaria para su desarrollo, mejoras en las conversiones entre kilos de pienso utilizados y kilos de pescado obtenidos, así como sobre investigaciones patológicas. La inversión para aumentar el rendimiento y garantizar la sostenibilidad es la clave para seguir creciendo en un mercado global.

En el ranking de producción de doradas en España sigue tras Alicante la región de Murcia (24,5%); Canarias (18,1%); Andalucía (11,7%) y Cataluña (4,8%). En total, 17.800 toneladas de esta especie, según los datos provisionales de 2017 aportados por la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar).

Más consumo

La patronal del sector estima que a nivel estatal se ha producido un aumento de la demanda de dorada de un 10% en el último año, de ahí que se haya incrementado la producción. El consumo de esta variedad en los hogares españoles estimado en 2016 fue de 22.160 toneladas, lo que supone 600 gramos de dorada por persona y año. Sin embargo la producción nacional no cubre la demanda, puesto que mediante pesca tradicional sólo se obtienen 820 toneladas adicionales que se suman a las de piscifactorías.

El mercado nacional recurre pues a la importación de doradas para satisfacer la demanda. Los principales productores en el Mediterráneo son Turquía (67.612 toneladas) y Grecia (59.000 toneladas), de donde se compra la práctica totalidad para cubrir el consumo. Al mismo tiempo, el principal mercado de exportación desde España es Italia, donde la demanda de dorada es significativamente superior a la española.

Así, el valor total de la venta al público nacional del consumo de dorada en España sumó 206,4 millones de euros en 2016, mientras que el valor de la producción nacional fue de 78,3 millones de euros.