«Guardamos lo gordo para el día 24», avisaba ayer Pedro Luis Sirvent, el encargado del segundo disparo fuera de concurso, minutos antes del arranque de una mascletà que congregó a miles de personas bajo la alerta de un cielo completamente gris. El resultado, no tan gordo pero sí muy bueno, fueron siete minutos de estruendos con 88 kilogramos de pólvora empleados.

La pirotecnia que recibió el pasado año el premio a la mejor mascletà del ciclo oficial de Hogueras hizo retumbar Luceros a partir de las 14 horas y en distintos tiempos. Un primero de un minuto y quince segundos, aproximadamente, en el que un ritmo de disparo lento hizo vibrar la plaza cada dos segundos. Luego, el tempo se fue acelerando hasta pasar la barrera de los dos minutos, momento en el que se cogió camino hacia una traca final terrestre que impresionó al público y lo envolvió en aplausos.

Tras el último sonido aéreo, Pedro Luis Sirvent salió a saludar a los asistentes luciendo nuevo logo en la camiseta. La que hasta ahora era su respaldo, la Pirotecnia Alicantina de focs i artifici, pasa a llamarse Hermanos Sirvent. «Hemos decidido cambiar el nombre. Mis hijos serán ahora quienes hereden la empresa», contó el pirotécnico.

Precisamente uno de sus hijos, adelantó Sirvent, es quien se ha encargado de diseñar la parte electrónica del disparo oficial: «Hoy es para que la gente disfrute, lo impresionante viene el 24», apuntó.

Poco antes de la actuación, a las 11:30 horas, varios grupos de dolçainers i tabaleters y de nanos i gegants recorrieron Alfonso el Sabio, la avenida de la Constitución y la plaza Ruperto Chapí en un encuentro coordinado por la Federación de Folcrore de Alicante.

La jornada de ayer transcurrió sin incidentes graves pese a que se precisó atención sanitaria en varias ocasiones. Algunos vecinos de la plaza de Luceros se resistieron a acatar la prohibición de salir a los balcones durante el disparo.