Rostros que reflejan ilusión y esperanza por alcanzar un futuro mejor. La emoción de pisar suelo alicantino superó con creces las condiciones paupérrimas sufridas en los últimos días a bordo del «Aquarius», el miedo a separarse de sus familias y la desesperación de no saber cuándo volverán a encontrarse con ellas. Un grupo de medio centenar de menores migrantes rescatados hace una semana de las costas libias fue trasladado ayer al mediodía desde el Puerto de València, donde habían desembarcado apenas unas horas antes, a un centro público propiedad del Consell en Alicante.

El primer autobús llegó a las cinco de la tarde con 27 pasajeros. Todos con la misma indumentaria: pantalón oscuro, camiseta de manga corta, zapatillas de deporte y chaqueta impermeable en color azul marino. Pese a tener sobre sus hombros mucha más presión que cualquier adulto y haber vivido la expresión más cruel de un drama, estos niños no pudieron ocultar su inocencia y su alegría e, incluso, no reprimieron sus ganas de cantar y aplaudir al llegar a su anhelado destino.

Antes de que el autocar abriera las puertas, los menores comenzaron a saludar a través de los cristales a los efectivos de la Policía Nacional, voluntarios de Cruz Roja y periodistas, con respetuosa cortesía y gestos de agradecimiento, tras haber recibido de Europa la peor de sus caras. El drama que han vivido no ha conseguido consumir, aparentemente, ni un ápice de su energía para enfrentarse al futuro con optimismo.

Ya en el interior del centro, los refugiados, con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, fueron recibidos por personal médico y alrededor de medio centenar de voluntarios de Cruz Roja de toda la provincia como Crevillent, Elda, Petrer, Aspe o Banyeres.

Los enfermeros y médicos de Atención Primaria y Salud Pública realizaron una primera valoración con toma de temperatura y control de patologías de la piel, para comprobar que no tuvieran enfermedades contagiosas, aunque se espera que todos ellos estén sanos. Los menores recibieron ropa, alimentación y se les facilitó elementos indispensables para una higiene adecuada en sus correspondientes habitaciones.

A las seis de la tarde llegó a Alicante el segundo autobús con 20 pasajeros, generando, en esta ocasión, la expectación de los vecinos, que pidieron en reiteradas ocasiones políticas humanitarias activas y que en ningún momento les falte ropa interior, una ducha y una cama.

Alegría y emoción de los rescatados del Aquarius al desembarcar en Valencia

Alegría y emoción de los rescatados del Aquarius al desembarcar en Valencia

Descanso en las habitaciones

Tras ser los protagonistas indiscutibles de una de las mayores crisis humanitaria, los migrantes estuvieron acompañados por intérpretes y por monitores de Cruz Roja. En todo momento, la prioridad de los efectivos fue darles estabilidad y que, por fin, pudieran descansar en sus habitaciones con los servicios básicos garantizados. Cruz Roja no supo precisar el tiempo de estancia en este centro antes de ser trasladados a los diferentes municipios que se han ofrecido a acogerlos.

Durante los días que permanezcan en estas instalaciones del Consell, disfrutarán de comedor, biblioteca, jardín, diferentes habitaciones y sala de televisión. También estarán acompañados de un médico y un enfermero, además de un monitor por cada diez niños, que además de acompañarles dormirá con ellos.

Al cierre de esta edición, estaba previsto que llegara un tercer autobús a Alicante pero la Conselleria no supo precisar el número de menores que finalmente permanecerá en el centro alicantino.

En València, un dispositivo de más de 2.300 personas fue el encargado de ofrecer una primera atención, fundamentalmente sanitaria, a los 630 migrantes rescatados.

Los tres barcos en los que se repartieron a estas personas para su viaje llegaron de forma escalonada a lo largo de la mañana de ayer al Muelle Uno del Puerto de València, y allí se les prestó una primera atención con el correspondiente protocolo del triaje sanitario.

Un grupo de jóvenes voluntarios de Cruz Roja se hizo cargo del entretenimiento de los menores con juguetes y actividades lúdicas para hacer más amena su estancia en la zona, informaron fuentes de la organización humanitaria.

Un total de 200 personas fueron atendidas ayer por el personal sanitario en el Puerto, de las cuales 144 fueron trasladadas a centros hospitalarios, aunque tan solo seis personas fueron ingresadas por patologías, algunas de las cuales ya sufrían anteriormente a la travesía, como por ejemplo la diabetes.

Los principales traslados a hospitales de migrantes del «Dattilo» y el «Aquarius», los buques que primero llegaron al Puerto , obedecieron a insuficiencia respiratoria, dolor torácico, retención de líquidos, heridas o una fractura de pie, según informó la Cruz Roja.