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Hogueras de San Juan 2018

Sorpresa tras la monotonía

Los valencianos de la pirotecnia Turis disparan una mascletà clásica con un terremoto que sonó al unísono en los dos extremos de Luceros

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Hogueras 2018: Mascletà del jueves 21 de junio

Un final diferente para una mascletà clásica... y larga. La pirotecnia valenciana Turis, ya conocedora de las características especiales de un escenario como Luceros, ofreció ayer un espectáculo correcto, al que le faltó mayor variedad en su tramo inicial y que concluyó con un remate poco visto en Hogueras: un terremoto terrestre final dividido en dos zonas, a la izquierda y derecha de la plaza, que sonó al unísono, antes de que el fuego se desplazase finalmente al cielo para el habitual remate en forma de bombardeo aéreo.

La mascletà arrancó, una vez más en este concurso de Luceros, con una típica traca valenciana. Ya en materia, el disparo continuó con tres principios aéreos con efectos variados: silbatos, truenos y crossettes. La primera fase, la habitual, se caracterizó por la monotonía, con un escaso ritmo e inclusos algunos silencios en la plaza. A los dos minutos del inicio, llegó el primer golpe de sonido: con el remate a la fase aérea de arranque, que incluyó, como novedad, un disparo digital como introducción ante la llegada del fuego al suelo.

El cuerpo central, cuya fase terrestre se desarrolló en la avenida de General Marvá, contó con hasta seis tramos, que fueron en progresión de menos a más, ganando intensidad, con un fuego aéreo a base de mero acompañamiento. Y así durante tres minutos, sin más novedad que el incremento de los decibelios en la plaza, a falta de lo mejor de un disparo que, por momentos, se hizo largo en el tiempo.

Superado ya el tiempo mínimo que exige el Ayuntamiento de Alicante para optar a un primer premio que este año se cotiza caro, la mascletà entró en su fase decisiva, la que espera el público de Alicante para, en definitiva, poner la nota final. Ahí es donde llegó la sorpresa tras una mascletà clásica, sin mucha novedad más que la transición entre la primera fase aérea y el inicio del tramo terrestre. Cuando todas las miradas se dirigían a la zona de Luceros más próxima a la avenida de la Estación, donde habitualmente se enciende el terremoto, la pirotecnia valenciana sorprendió al respetable que, un día más, llenaba el entorno de la emblemática fuente. Y es que, en esta ocasión, el terremoto sobre el suelo se desarrolló en una sola fase, pero en dos espacios. Retumbó la zona izquierda, pero también la derecha, en las proximidades de Alfonso el Sabio. Una y otra parte temblaron a la vez, aunque faltaron segundos. Luego llegó el remate final: arriba, con un bombardeo coronado con un postrero golpe seco. En total, casi seis minutos y medio de mascletà. Presentes, por primera vez este año, se vio a las máximas representantes de las Fallas de València y La Magdalena de Castellón.

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