Las contundentes palabras del presidente de la Confederación Gonzalo Anaya de padres y madres de alumnos (Ampa) de la Comunidad Valenciana, Txomin Angós, no han pasado desapercibidas para la comunidad islámica. El representante de la confederación mayoritaria fue claro en su discurso en Elche: no quieren ningún atisbo de religión en los colegios, lo que implica la prohibición de que las chicas vistan velo y que se sirvan menús especiales en los comedores escolares sin carne de cerdo. Esta declaración contrastó el miércoles con los avances que está haciendo la Conselleria de Educación para que un colegio de Crevillent, el Párroco Francisco Mas, imparta clases de Religión Islámica.

Ante tal revuelo, los musulmanes de la provincia han dejado patente su opinión, con dos ideas principales. Por una parte, aplauden la decisión de la conselleria de impartir su religión en los colegios en los que la mayoría de los estudiantes son de origen árabe, como es el caso del Francisco Mas, en el que el 90% de los alumnos procede de Marruecos. Por otra, muestran un rechazo total a la prohibición de vestir velo y a la supresión de los menús especiales, ya que consideran que estas medidas van en contra de la libertad personal.

El hecho de que la Religión Islámica se imparta en los colegios está bien valorado por varios motivos, entre ellos uno en el que coinciden el imán de la mezquita de Crevillent, Ahmed Aajoud, y el presidente de la Comunidad Islámica de Elche, El Haj Mounir. «Que se estudie en los colegios públicos es positivo porque todos sabremos qué están aprendiendo los jóvenes. Así no recibirán ideas equivocadas de cualquiera, será el Estado el que se encargue de su educación», apunta Aajoud. «Tenemos mucha confianza en los organismos gubernamentales. Mejor que aprendan en las clases y no en las calles y en otros sitios oscuros. Un mayor control evitará problemas», apostilla Mounir.

El aplauso a la postura de la conselleria se transforma en un contundente rechazo cuando se les pregunta por las propuestas de la Gonzalo Anaya de prohibir el velo y los menús especiales por creencias religiosas. Sobre la cuestión de la vestimenta, se amparan en la libertad individual. «Una niña no se tapa la cabeza si no está convencida», asegura Aajoud. «Es el mismo discurso que ya hemos visto en otros países de Europa. Las chicas con velo no se meten con nadie», añade Mounir.

Más radical aún es la presidenta del Grupo de Chicas Musulmanas de Elche, Hind El Fadli, a la hora de abordar la cuestión de la supresión de los menús sin carne de cerdo. «Estamos hartos de escuchar tantas veces eso de que, si no queremos comer cerdo, nos tenemos que ir a nuestro país. El problema se solucionaría poniendo comida vegana para todos los estudiantes», concluye la joven musulmana.